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Los Diez lugares imperdibles del barrio de Flores

Andrea Escobar en su web Travelfotografia realizó un listado de los diez lugares imperdibles del barrio de Flores.

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“Aunque algunos señalan su comienzo allá por 1790 es en realidad en 1806 que Flores queda oficializado como pueblo. Este barrio de Buenos Aires supo ser el refugio de verano y fin de semana de las elites porteñas, y fue creciendo con el avance del Ferrocarril del Oeste que vendría a transformarlo todo”, comienza explicando la blogger de viajes Andrea Escobar sobre nuestro barrio en su web Travelfotografia.

Es que esta influencer que toma fotografías “para capturar momentos” y escribe “para compartir experiencias de viajes” eligió el barrio de los Hombres Sensibles de Dolina como destino y seleccionó diez lugares para que sus seguidores lo descubran, como la Basílica, la Casa Marcó del Pont, el bar notable La Farmacia o el Museo Barrio de Flores.

“Está colmado de historia, personalidades y curiosidades, además de acontecimientos políticos. Fue lugar, por ejemplo, del encuentro de Pueyrredón y San Martin, el paso de Belgrano y la despedida póstuma del mismísimo Facundo Quiroga, hasta ser el lugar donde se firmó el pacto de San José de Flores”, detalla, para luego comparar a Flores con el barrio de Le Marais en Paris por su “movida artística y cultural importante, ya que supo ser el hogar de personalidades importantes como poetas, escritores y cantantes de tango”. Los diez lugares elegidos:

1. Plaza Flores
Siempre estuvo ubicada en el lugar asignado originalmente, solo que al principio se llamaba 14 de Julio. Hasta finales del siglo XIX fue una especie de parador donde se estacionaban las carretas para descansar. Y durante el período Rosista fue lugar de fusilamiento e incluso el campo de operaciones del ejército de Hilario Lagos contra Rosas en 1852. Con la caída de Rosas se renuevan las ideas traídas de Europa y deja esos usos para ser un lugar de esparcimiento y cultura. Finalmente en 1894 pasa a llamarse definitivamente Plaza Pueyrredón aunque todo el mundo la conoce Plaza Flores.

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2. Basílica de San José de Flores
En el año 1806 comienza la construcción de la iglesia de Flores. La primera era bien simple, de adobe, madera y barro levantada con el esfuerzo de sus vecinos. Cuatro años más tarde ya comienzan a usar ladrillos, pero su construcción queda detenida por falta de fondos hasta que en 1831, por decisión de Rosas, fue terminada. Poseía un estilo neoclásico con un pórtico de 6 columnas. La fachada culminaba en dos campanarios gemelos de forma cilíndrica y altura reducida. Pero con al avance y crecimiento del pueblo comenzaba a quedar chica por lo que se procedió a su renovación en lo que sería la arquitectura definitiva, que finalizó en 1883. “Aunque sea muy conocido no puedo dejar de contar que fue aquí donde el Papa Francisco descubrió su vocación religiosa”, agrega Escobar.

3. La Estación y el Pasaje Hugo del Carril
Junto al edificio de la Estación de Ferrocarril de Flores construido en 1885 se encuentra el pasaje Hugo del Carril. Nombrado así en honor al cantante que vivió en el barrio, son solo 100 metros que transcurren pegados a la estación entre las calles Bolivia y Artigas. En esa cuadra hay murales de mosaicos, tanto de Hugo del Carril, el Papa Francisco como de Baldomero Fernández Moreno.

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4. Casa Marcó del Pont
Los inicios de Casa de Marcó del Pont en la calle Artigas 202 datan de 1857 como quinta de verano. Actualmente pertenece al patrimonio histórico de la Ciudad y fue declarada monumento histórico Nacional funcionando hoy como Centro Cultural. “Recordemos que San José de Flores era una zona de quintas alejada del centro de la ciudad y que gracias a la aparición del Ferrocarril del Oeste comenzó su expansión y consolidación como Pueblo primero y como barrio de la Ciudad de Buenos Aires después”, explica. En 1860 los hermanos Marco del Pont compran unos terrenos linderos a las vías viendo la potencialidad de la zona. Pero cuando en 1871 la fiebre amarilla azotó Buenos Aires, Antonio Marcó del Pont decidió instalarse con su familia definitivamente en la casona. Cuentan que personalidades importantes se alojaron allí como el mismo Bartolomé Mitre. Así la casona fue pasando de generación en generación hasta que fue adquirida por la empresa de Ferrocarriles del Oeste en 1929. Luego cayó en el abandono e incluso sufrió usurpaciones ilegales, pero en 1976 fue declarada monumento histórico nacional. Es la única casona de Flores de estilo italianizante que logró mantenerse en pie. Su estructura es en forma de “U” y supo ocupar una cuadra. Tenía 14 habitaciones, un patio interno y una galería con columnas.

5. Los Murales de la Galería
En Rivadavia 6830 se encuentra la famosa Galería San José de Flores. Su peculiaridad es su cúpula. En 1956, su constructor, José Angelelli, convocó a los artistas Juan Carlos Catagnino, Demetrio Urruchúa, Enrique Policastro y Spilimbergo para decorar la cúpula del edificio con motivos alegóricos del barrio. Aunque el espacio se dividió en cuatro partes, una para cada creador, Lino Enea Spilimbergo se enfermó y no logró concretar la de él, que fue terminada por sus colegas. Castagnino pintó el campo y el puerto para demostrar la fraternidad entre los pueblos. Con la misma paleta de ocres y tierras como base, Policastro dibujó la Pachamama, pero su paisaje del norte argentino desemboca en Flores, con los personajes típicos de la época. Urruchúa retrató a un caminante ilustre del barrio, Baldomero Fernández Moreno, en un camino cargado de símbolos: la educación, la libertad, el trabajo, la música y el dibujo. “Vale la pena darse una vuelta para detenerse a apreciar estos detalles que pocas veces vemos”, aconseja la fotógrafa.

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6. La Farmacia (Bar Notable)
“A pocas cuadras de la bulliciosa Avenida Rivadavia, justo en la esquina de Directorio y Rivera Indarte, te espera una linda pausa. La antigua farmacia de barrio convertida a Bar Notable. Fiel a su estilo antiguo, me hizo acordar a esos Bodegones de la Boca con barra de madera, cuadros vintage y revoques de ladrillo. En cada rincón tiene elementos decorativos antiguos que la transforman en prácticamente un museo y sentís que te transportas en el tiempo. Apenas entras vas a encontrar una fusión entre bebidas y frascos de remedios antiguos, que conviven de una manera muy creativa”, cuenta sobre el único Bar Notable de Flores.

7. Barrio de poetas y escritores
Hubo un momento en que vivieron todos, al menos los más importantes, en la misma época: Roberto Arlt, Alfonsina Storni, Oliverio Girondo, Baldomero Fernández Moreno, entre otros. “En el barrio de Flores casi por coincidencia o no se dio esta circunstancia de vecindad literaria. Es un barrio que aún hoy al caminar estimula a la imaginación. Ya me encontré yo a través del texto de Roberto Arlt ‘Molinos de viento’ siguiendo la ruta de ese Flores que el describía”, dice la blogger, quien recomienda visitar la zona de las casitas ex municipales y “recorrer sus callecitas con esas casitas adosadas, muchas ya reformadas pero sin perder el encanto de veredas pequeñas y llenas de flores. Te transporta a esa época en donde todo era más sencillo y donde el arte y la cultura florecían a la vuelta de la esquina”. Y llegar después a la intersección de Francisco Bilbao y Rivera Indarte para encontrar la casa de Baldomero Fernández Moreno, uno de los más reconocidos poetas y escritores argentinos. Su último domicilio se encuentra justo en la esquina adosada a una casa gemela, pero la de Baldomero cuenta con una curiosa escalera exterior que comunicaba a su oficina del primer piso. El escritor compró esta casa en 1936 con el dinero del premio de Literatura Nacional de Poesía que ganó en 1935, que era algo así como $20.000. En 1996 fue declarada Monumento Histórico artístico.

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8. Museo Barrio de Flores
Único en su tipo, dedicado a la historia del barrio, exhibe en 8 salas colecciones exclusivas y originales, objetos, cuadros, medallas, fotos, planos, postales e información sobre Flores. Este emprendimiento cultural, funciona en una gran casa tipo Petit Hotel en Falcón 1893.

9. Iglesia Nuestra Señora de Lourdes
Esta bella iglesia de estilo neogótico francés de una sola nave, construida en 1929, se encuentra en Rivadavia 6280. “Tiene una pequeña gruta en la parte de enfrente y su interior es realmente asombroso. Así que te recomiendo que la visites”, aconseja la blogger de viajes.

10. Patio de los Lecheros
Era una antigua estación de tren de descarga y aprovisionamiento de leche, ubicada en la calle Donato Álvarez y las vías, justo en el límite con Caballito. Nació como estación para traer la leche de los tambos del interior. Así todos los días los lecheros esperaban la llegada del tren para comenzar a hacer el reparto cada mañana, por lo que era uno de los lugares con más actividad comercial de la Ciudad. Como este sistema carecía de control bacteriológico, fue en 1961 al prohibirse la comercialización de leche sin el proceso de pasteurización que se dio fin al sistema del carro lechero. Los terrenos donde funcionaba estuvieron abandonados por muchos años, hasta que el Gobierno de la Ciudad los recuperó, creando un importante Polo Gastronómico para ambos barrios. El delivery, los pedidos y el take away, servicios que resurgieron con todo para quedarse

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