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¿Puede salir el barrio de Flores del pozo?

El barrio de Flores puede salir del pozo de la cuarentena? ¿Es sólo un sueño o puede ser realidad? Voy a explicar por qué, sueño y realidad, pueden ser la misma cosa.

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Escribe Roberto D’ Anna

El barrio de Flores puede salir del pozo de la cuarentena? ¿Es sólo un sueño o puede ser realidad? Voy a explicar por qué, sueño y realidad, pueden ser la misma cosa.

Flores tiene 214 años. En sus primeros ciento treinta, el barrio fue puro crecimiento; empezando por el poblacional. Se adaptó a las circunstancias nacionales: se firmó el Pacto de Unión Nacional; y aceptó a los que huían de la Fiebre Amarilla; se integró a la Ciudad, y dejó de ser una zona agrícola para ser residencial.

Construyó sus hospitales (Piñero, Álvarez), sus grandes escuelas (Urquiza, Misericordia, entre otras), tuvo su cuartel de Bomberos (el actual), reconstruyó tres veces su Basílica (hoy considerada una de los cuatro templos más hermosos de la ciudad); pobló de comercios sus avenidas, tuvo cines, levantó barrios dentro del barrio, como el de casitas ex municipales.

El Palacio Miraflores, el majestuoso gigante que el barrio supo tener

Con la llegada del tren su crecimiento hizo cumbre. De ahí en más, aproximadamente en 1930, el crecimiento se frenó, y con el correr del tiempo llegó el detrimento. La conocida Crisis Mundial le pegó de lleno, quizás igual que al país, cuya evolución fue suspendida también. No se levantó jamás. Cayó en un pozo que hasta hoy parece no tener fin. El subte nunca llegó, el tren comenzó a ser un problema y la gente de altos ingresos prefirió emigrar hacia la zona norte. A Flores se la tiñó de “popular” con la construcción, por ejemplo, de pobres monoblocks en el sur.

En los años 70, aquella potencia se derrumbó casi completamente. La llegada de la Autopista, partió al medio a una zona del barrio. Los centros clandestinos de detención cercanos y el exilio de tantos vecinos de clase media hicieron perder crédito a un barrio. Comercios en crisis, y una nueva llegada fuerte, la prostitución callejera. A esto se le debe sumar un desprolijo centro comercial de la Avenida Avellaneda, que derrumbó –sin importarle- la idiosincrasia de la zona Norte de Flores, levantando un imperio comercial, en su mayoría ilegal. Mientras que en el sur, apareció la Villa 1-11-14, que creció y creció, sin que el Estado pueda, quiera o sepa darle una solución definitiva.

Pensar en el otro

Con todo este panorama, resumido en estas pocas líneas, Flores dejó de ser potencia para sobrevivir, simplemente. Hoy, una nueva crisis llamada Coronavirus, que apareció hace siete meses y aún no se retira de nuestras calles y hogares.

Cómo recuperarnos
La recuperación debe focalizarse primero en los más necesitados, Barrio Padre Ricciardelli y adyacencias. El Estado debe estar presente ahí no sólo con seguridad, sino con ladrillos y césped.
Debe levantar dos colegios primarios (apadrinados por la Comunidad Coreana por ejemplo), uno secundario (apadrinado por la Comunidad Judia por ejemplo) y subsidiar una sede de alguna Universidad.

Asimismo, levantar un Gran Hospital (apadrinados por los Laboratorios del barrio como Casasco, Silkey, entre otros) y becar a los chicos que quieran practicar deportes en DAOM, Club Italiano, Marianistas, etc.

Dame un día

El Centro Comercial Avellaneda debería donar ladrillos para mejorar las casas de la Villa y el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires debería abrir calles en serio, hacer veredas en serio, pintar los frentes (no solo de Varela) y sembrar verde.

En materia de seguridad, controlar, tener presencia, contener, prevenir. Que exista allí una comisaría y un hacer crecer el cuartel de bomberos inaugurado por vecinos, son clave para lograrlo.

Como segundo paso, el barrio de Flores tendría que volver a sus raíces culturales. Para eso, fomentar el museo, los centros culturales, bares notables y las periódicas actividades que producen. En estas tareas, los padrinos deberían ser los propios comerciantes de la zona, que a su vez mejorarían sus ventas al lograr más tránsito de vecinos. Sumaríamos más estacionamiento bajo la Plaza Flores y en algunos espacios libres, como baldíos frecuentes, que se abrirían para estacionar si no se usan.

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El tercer paso es soterrar las Vías del Tren Sarmiento. Realizar una fuerte presión al gobierno nacional para que lo solucione de inmediato. De lo contrario, que haga tres puentes provisorios (bien hechos) por Artigas y Boyacá. Con este tema solucionado, Flores se levanta. Tenemos subte hasta Nazca, pero nos falta una Bajada de Autopista en nuestro barrio. Debemos promover desde la Junta Comunal que esto suceda.

Un cuarto punto: Fomentar el turismo de los propios habitantes de la Ciudad en nuestro barrio. Que vuelvan las estaciones de bicis retiradas, armar parkings para bicicletas por todos lados. Dándole la bienvenida a los ciclistas. Invitándolos a visitar nuestras casitas “ex municipales”, nuestra basílica, hasta nuestra calesita de Plaza Flores. “Los Fines de semana viva Flores”, como slogan quizás. Y ahí, el comercio local levanta sus ventas.

Para finalizar, el último punto se lo dejo reservado a usted. ¿En qué tiene que ayudar usted como vecino? En participar, en sentirse motivado, en ponerle Flores a nuestro barrio. En pintar su casa, en cuidar su vereda, en esperar o criticar menos y hacer más, en actuar en cooperadoras, centro de jubilados, clubes rotarios. En participar en jornadas solidarias para arreglar, con nuestras manos, lo nuestro. Hay que plantar árboles, falta que broten Flores.

Perdimos un tiempo precioso. Pero ya está. No sigamos en el mar de los lamentos. Flores tiene un sol increíble. No permitamos que lo tapen. Cuidemos nuestras costumbres. Copiemos a los que hacen las cosas aún en la peor de las tragedias.

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Por ejemplo, copiemos a la línea 132 (compitiéndole al subte con coches con aire acondicionado). El barrio de Flores debe volver a ser Potencia. Tiene una gran oportunidad en sus manos con un cambio de actitud mental. Fuimos potencia.

Volveremos a serlo, si trabajamos en un circuito pensado y actuado -entre todos- pensando en un vaso-barrio lleno de potencial. Volvamos a encender los motores, con Orden y Trabajo se llega al Progreso. Tengamos una visión de grandeza.
Por favor, Flores, despiértate. No hay virus que derribe tus sueños.

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