Actualidad
La historia que une una gran mansión, un actual colegio y los túneles de Flores
Un acaudalado comerciante inglés y funcionario del Ferrocarril del Oeste, Robert Agar hizo construir su quinta “Hollymount” hacia 1880 en un predio delimitado por las calles hoy denominadas Rivadavia; Terrada, Yerbal y Condarco con frente a la primera de las nombradas, la casa principal estaba rodeada de jardines con cercos de madreselvas y el resto no edificado lo ocupaban plantaciones de paraísos plátanos acacias y aromos.
Escribe Horacio Molino
Un acaudalado comerciante inglés y funcionario del Ferrocarril del Oeste, Robert Agar hizo construir su quinta “Hollymount” hacia 1880 en un predio delimitado por las calles hoy denominadas Rivadavia; Terrada, Yerbal y Condarco con frente a la primera de las nombradas, la casa principal estaba rodeada de jardines con cercos de madreselvas y el resto no edificado lo ocupaban plantaciones de paraísos plátanos acacias y aromos.
Pasado aquel momento de esplendor la urbanización fue avanzando sobre tales casaquintas, que de ese modo fueron perdiendo su razón de ser.
La propiedad fue subdividida por sus dueños posteriores y en 1924 con el objeto de tener buenas ganancias, vendieron su parque en lotes para viviendas y de este modo aquel vergel se perdió para siempre pero la construcción principal sin embargo fue salvada de la destrucción y a partir de entonces fue conocida como residencia Las Lilas.
Debido a esta transformación tuvo que abrirse el pasaje que dos años después fue denominado La Porteña para facilitar el acceso a la casona, que con las construcciones posteriores quedó entre edificios de departamentos y viviendas unifamiliares.
En esta casona de estilo Tudor funcionó el Club Flores entre 1917 y 1923 y fue adquirida en el 13 de junio de 1926 por el Ministerio de Justicia Instrucción pública a María Teresa Bermúdez de Greco quien en ese momento ostentaba su propiedad. Alli, el primero de mayo de 1927 fue instalada la actual escuela de Educación técnica número 6 Fernando Fader con entrada por del pasaje La Porteña 54.
Ahora bien, en el año 2000 se recibió una nota del Centro de Gestión y Participación no. 7 en que se solicitaba que se tratara de averiguar si era verdad los rumores sobre la existencia de un túnel o de alguna construcción subterránea existente debajo del actual colegio Fader. Se hizo una primera visita al lugar y grande fue la sorpresa al encontrar que existía en el patio un hermosos aljibe completo, y por ende debajo de él había una enorme cisterna en casi perfecto estado de conservación.
El Palacio Miraflores, el majestuoso gigante que el barrio supo tener
El conjunto de aljibe, cisterna, el albañal que trae agua desde la terraza, el pozo de decantación, la escalera circular, todo intacto, eran realmente algo soberbio para una ciudad que destruyó casi toda evidencia material de los sistemas de abastecimiento de agua del siglo XIX, ya ni hablemos de los de la colonia.
El sistema era simple: del techo y de los patios descendía una serie de albañales –cañerías de ladrillos- la que llevaba el agua hacia una cisterna cilíndrica bajo el suelo; dado que generalmente tenía tierra o suciedad en el fondo había un pozo donde se depositaba lo decantado al que era necesario limpiar cada tanto tiempo y que también estaba entero; el piso era de baldosas francesas de Marsella.
Obviamente para limpiar esa construcción bajo tierra, que superaba los dos metros de diámetro y a veces los cinco de alto, se necesitaba una escalera para descender y una puerta de entrada que era esa escalinata que rodeaba la cisterna por afuera, por lo que tomaba su forma curva, lo que la hacía única en la ciudad a la fecha.
A partir de ese momento el lugar se transformó en un hito porteño, se organizaron visitas de vecinos e interesados y para el 2005 fue incluido en la Guía del Patrimonio Cultural de Buenos Aires, lo que le dió reconocimiento oficial a su existencia.
Auge y caída de Pumper Nic, la cadena que se grabó en la memoria de miles de vecinos
Se sabe de otros túneles que sólo perduran en la memoria popular: los profesores más antiguos de la Escuela Técnica Fernando Fader aseguran que el edificio está conectado por un pasadizo con el ferrocarril. tambien y que el túnel del aljibe recorre varias cuadras bajo tierra hasta llegar a la Iglesia de San José de Flores, como que en ellos todavía están en las paredes los grilletes que se usaban para los esclavos.