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Pasado, presente y futuro del Ex Sanatorio San Patricio
Los terrenos del ex Sanatorio San Patricio se encuentran abandonados, sucios y deteriorados. Los vecinos recuerdan épocas en las cuáles era un centro de masas. Quiebra y caída de un emprendimiento en tiempo pasado.
Escribe Santiago Nuñez
La calle Condarco tiene un final. Como cualquier calle. Y allí donde termina, tiene un edificio inmenso de media cuadra de ancho. Hay un portón negro. Al lado de la puerta hay cascotes y una botella rota. Tiene el edificio 69 ventanas hacia la vereda, todas oscuras. Muestra grafitis y ladrillos sin pintar que tapan. Hay pegados a la pared afiches de partidos políticos, obras de teatro, boliches y demás. Las ventanas de la planta baja están rotas: puede verse adentro. Hay una sola luz prendida en una masa de concreto y oscuridad, que muestra como pedazos de techo están ya en el piso. En el edificio trasero, que solamente puede verse si uno deja la calle Condarco y ya va para Rivadavia, hay un logo naranja muy despintado contra la pared con unas letras gastadas abajo que dicen “Sanatorio San Patricio”.
“Dónde hoy está el supermercado, antes había un garaje siempre lleno, porque en la calle no se podía estacionar”, indica Oscar, dueño de la tienda La Victoria en la esquina del pasaje La Porteña y Rivadavia.
En efecto, el sanatorio San Patricio era uno de los institutos más importantes de la Ciudad de Buenos Aires. Era principalmente una clínica geriátrica, es decir, se especializaba en atención a personas de la tercera edad. Su dirección exacta era Condarco 33 y su último número telefónico 4637-0426. Tenía aproximadamente 800 trabajadores.
Contrastes
Mientras que hoy es un pedazo de cemento abandonado y oscuro, antes esos terrenos hacían de Flores una zona céntrica. “Yo cerraba al mediodía, pero un día –recuerda Oscar- se me rompió un vidrio y me tuve que quedar. El sanatorio hacía el cambio de turno. Me fue tan bien vendiendo que decidí no cerrar nunca más al mediodía”. Sin embargo, “cuando quebró fue una baja total de todo”. Ahora la cosa es distinta. “La cuadra es muy fea. La vereda del San Patricio está sucia.”, indica Sergio, vecino de Yerbal y Bolivia. “Toda la estructura del ex Sanatorio está hecha percha”, agrega Juan Carlos Bianchi, que ve los terrenos desde su balcón. Los vecinos indican que también la inseguridad es un problema. Ya nada es igual.
Precielo, vaciamiento y quiebra
Víctor Alderete fue el interventor del PAMI entre enero de 1997 y diciembre de 1999. Es el emblema del servicio de prestación a los jubilados de la década del 90. Con 20 causas de corrupción en su contra (18 todavía en juicio) y dos condenas, por investigaciones vinculadas a las compras irregulares y sobreprecios, recién en 2017 fue detenido.
En este contexto, el hospital San Patricio no podía ser la excepción de los manejos espurios y el vaciamiento. Tuvo abrumadores casos de mala atención y mala praxis. Hubo episodios de medicinas mal dadas, errores en estudios realizados e incluso bebés desaparecidos. La oficina Anticorrupción, en el 2000, abrió una causa contra Alderete por incitar a no vigilar a determinadas empresas. Algunos comenzaron a ponerle al sanatorio el mote de “precielo”: de allí era difícil salir vivo.
El San Patricio pertenecía a la red de hospitales de la firma “Sanatorios y Clínicas Asociados Sociedad Anónima”, que era parte a su vez con varios sanatorios en Córdoba, Santa Fe y Mendoza del grupo empresario Siglo XXI, presidido por Néstor Jairovich. A principios de 1999, Siglo XXI fue uno de los beneficiados por el gobierno de Carlos Menem por el otorgamiento del servicio de prestación médica del PAMI. Solamente tres prestadores, entre ellos Siglo XXI, se quedaron con el negocio de la atención a los jubilados.
Pero se ve que el beneficio no era para la atención médica. Si bien la causa sigue sin resolución clara, el juzgado n°2 a cargo de Eduardo Freiler y Eduardo Farah investigó presuntas maniobras delictivas para desviar fondos a instituciones públicas y quitarle recursos a los sanatorios. “Concretamente,-dice el fallo de septiembre del 2010- en el seno de aquel vínculo contractual, los Directores de la firma SyCASA habrían transferido el gerenciamiento de los sanatorios ´San Patricio´, ´Greyton´, ´Del Valle´, ´Antártida´ y ´Metropolitano´ a sucesivas personas jurídicas insolventes, constituidas por testaferros, con el objetivo de desviar los ingresos generados por las cápitas aportadas por el INSSJP (Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados) para sí o para terceros”. Este sería un punto importante del vaciamiento y posterior quiebra del sanatorio.
La gota que rebalsó el vaso fue que, en noviembre del 2000, el gobierno de De la Rúa decretó la libre elección de prestadores, que hizo que, lógicamente, muchos afiliados al PAMI tengan la chance de salir del San Patricio hacia otros hospitales o clínicas. Cosme Argerich, delegado gremial en aquella época, explicaba que la medida implicaría el final del Sanatorio porque los 130 afiliados del PAMI en el establecimiento se irían. “Me acuerdo cuando cortaban Condarco y Rivadavia, protestando contra eso”, comenta Oscar. La medida se efectuó y el San Patricio cerró y se declaró en quiebra. Ochocientos trabajadores quedaron en la calle.
Post quiebra
El 10 de julio del 2008, efectivos policiales de la comisaría n° 38 entraron al predio semi abandonado de condarco al 33, y sacaron a la fuerza a las pocas familias que vivían en el predio, calificados de “okupas”. Finalmente, en una operación a cargo de la Secretaria 13° del Juzgado Nacional N° 7 a cargo de Fernando D´Alessandro, se procede a la subasta y al remate de los terrenos.
Un portón negro que nunca se abre
“Frente al ex Sanatorio San Patricio, el cual fue adquirido por importante prepaga que lo está reciclando”, dice el anuncio de un importante sitio de internet de venta inmobiliaria. Luego del remate, el rumor se instaló en el barrio. “Una constructora puso un cartel en el frente”, dice Sergio. El predio empezó a tener seguridad y cuidadores. Empezaron a haber algunos arreglos.
“Nos dijeron que Swiss Medical compró la quiebra”, dice un vecino. Y otros varios lo sostienen. No obstante, la importante empresa de medicina prepaga en cuestión no quiso ni ratificar ni rectificar esta cuestión, antes las consultas telefónicas, vía mail y personales de este medio.
“Me comentaron que iba a ser muy difícil que hagan algo con el Sanatorio. Esto fue una gran decepción. Me enteré de casualidad. Estaba en la veterinaria”, dice Sergio. Más allá de los rumores, las escasas obras pararon hace rato. “Hasta hace dos años se hacían arreglos, pero ya hace tiempo se deteriora día a día”, afirma Bianchi. El rumor es rumor y no hay nada concreto. Solamente que hace más de 15 años había un sanatorio en el final de la calle Condarco. Y “había” está conjugado en tiempo pasado.