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El Tren Sarmiento, entre el fallido soterramiento y los problemas para los vecinos

Las vías de Flores presentan inconvenientes para automovilistas, peatones y comerciantes del barrio.

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Por Santiago Nuñez

El soterramiento del Ferrocarril Sarmiento es uno de los hitos de obra pública más importantes de los últimos años en la Argentina. El proyecto consiste en la excavación de un túnel de 18 kilómetros entre Caballito y Castelar para que el tren transite por debajo del nivel de las calles. El objetivo no solamente es acelerar el servicio sino también mejorar la frecuencia del tránsito.

La obra implica una inversión de 3000 millones de dólares y, a fines del año pasado, llegó a la Capital Federal, más precisamente al barrio de Villa Luro.

No obstante, en enero de este año la obra quedó paralizada por falta de fondos. Según el gobierno nacional, dicha decisión es solamente una “parada técnica” por un par de meses. No obstante, desde distintos sectores atribuyeron esta decisión a los acuerdos con el Fondo Monetario Internacional (FMI), principalmente porque significó el despido de más de 60 operarios.

Además de la mala noticia de la paralización, el proyecto está generando algunos inconvenientes directos para vecinos y comerciantes de Flores. La obra en cuestión tiene dos puntos principales del barrio. Las grandes máquinas perforadoras están ubicadas en las cercanías de la calle Yerbal: una en Terrada y la otra en Condarco. Allí, se hacen trabajos de excavación para, por ejemplo, sacar el agua que permita hacer pasar la tuneladora del soterramiento.

Ambas construcciones generan dificultades de tránsito. Una de ellas corta parcialmente la calle Yerbal, mientras que la otra directamente cerró el pase del ferrocarril con Terrada. “Nos perjudica comercialmente, dificulta que la gente transite por acá”, dicen Cristian Medica y José Romero, de la carnicería de la esquina de Terrada y Yerbal, a Flores de Papel. “La gente tiene que dar una vuelta enorme para pasar”, agregan. A su vez, sobre el lado de Bacacay se juntaron una cantidad de escombros y basura en el medio de la calle, que incluso hacen que una de las casas aledañas a la vía tenga que recibir su correspondencia a varios metros de su hogar. El paso, allí, está completamente cerrado.


Un problema más

“Hace varios meses que estamos así”, cuenta Carlos, dueño y encargado de una casa de lotería de en Gavilán y Yerbal. En esa esquina, el cruce del ferrocarril también está cerrado con tablones grandes de madera. Se encuentra así por el arreglo del pasaje peatonal, que sufrió grandes roturas luego de un accidente automovilístico el 20 de julio del año pasado, según contaron a Flores de Papel trabajadores del ferrocarril. Desde aquel momento hay una obra que al día de hoy no está finalizada.

“La situación genera muchos inconvenientes para cruzar y, para nosotros los comerciantes, es un problema porque la gente no pasa por acá”, agrega Carlos, quien, a su vez, plantea que hicieron los reclamos necesarios pero nunca obtuvieron respuesta: “Mi señora llama desde hace cuatro meses y siempre le dicen que la obra se va a terminar, pero eso no pasa”.

Problemas de tránsito (tanto automovilístico como peatonal), suciedad y quejas de los vecinos y comerciantes son el resultado de un ferrocarril que se encuentra entre las dificultades del soterramiento y demás problemas cotidianos.

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