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Cerveza Artesanal Única: elaborada en Flores con pasión
Cerveza Artesanal Única, es un emprendimiento de familia y amigos que hace menos de un año abrió su fábrica en el barrio Flores.
“La verdad que me apasiona hacer cerveza. Es el sueño de muchas personas tener su emprendimiento y poder dedicarse a full a eso y con mucha garra es lo que estoy haciendo”. El que habla es Ramiro Acerbi, quien hace menos de un año logró junto a familiares y amigos concretar su proyecto de lanzar Cerveza Artesanal Única, cuya fábrica abrió en el barrio de Flores con todas las esperanzas y está siendo, como la mayoría de las pequeñas empresas y comercios, fuertemente golpeada por la cuarentena pero igual sigue apostando a crecer.
La idea del emprendimiento surgió a principios del 2016 con su primo Octavio Manera. La realidad es que disfrutaban salir a tomar cerveza artesanal pero por esa época este mercado aun no vivía el auge que vino después y no había muchos bares y opciones para elegir. Por eso, el 1° de enero se propusieron como proyecto comenzar a fabricar la suya propia. “Uno de los cuñados de él, Daniel Ballestero, tenía espacio en su casa y ahí comenzamos. Primeras cocciones sólo viendo videos con el paso a paso. Después hicimos unos cursos y ahí sí, empezamos a hacer cerveza”.
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Inicialmente cocinaban 20 litros, luego 50, hasta llegar a 100 por cocción. Comenzaron a perfeccionarse cada vez más y se convirtió en una pasión. “Con Daniel y Octavio hicimos un primer curso en Minicervecería. Después hice dos más en lugares que ya tenían un volumen de producción de más de 10.000 litros; hicimos otros de cómo tratar la levadura y un par sobre lupulados; y en 2018 yo hice el Beer Judge Certification Program (BJCP) que es un curso para Juez Internacional de Cerveza”. Y así aprendieron a catar, saber si tiene algún desmérito o no, los procesos de malta que convienen usar, todo sobre el lúpulo y la levadura.
Finalmente en 2018 Ramiro decidió dejar su trabajo de 20 años como ejecutivo de cuenta en una empresa de telecomunicaciones y ponerle todas las fichas al proyecto. “Nos decidimos a ir por nuestra fábrica y se sumaron el ‘Chino’ Garcé, el ‘Chacho’ Coudet (amigos de Octavio, preparador físico de fútbol e hijo del recordado jugador de Estudiantes de La Plata Eduardo Manera) y mi otro primo Ezequiel Manera y acá estamos. Costó pero pudimos arrancar”.
Dice que “costó” porque, además de la inversión y los riesgos habituales de lanzarse con algo propio, se vieron demorados por inconvenientes con el proveedor de equipos de cocción. “En vez de empezar en el 2018 tuvimos que arrancar la producción en 2019. La primera cocción la hicimos recién el 31 de agosto”, cuenta. Y así se instalaron en José Marti 1839, donde levantaron un galpón de 380 metros cuadrados. “Elegimos Flores porque nuestra familia siempre vivió en el barrio. Mis primos y varios amigos fueron al Lasalle así que estamos como en casa”, explica quien de chico alternaba sus días en el barrio en la casa de su mamá en Culpina y Directorio.
Hoy la fábrica de Cerveza Artesanal Única – que tiene una capacidad de producción de 9.000 litros mensuales y cuenta con un bloque de cocción de 1.000 litros, una sala de guardado de maltas, una máquina de molienda de maltas, un enfriador de mosto, un circuito cerrado de agua, una cámara de frio para guardar latas y barriles, cuatro fermentadores de 1.500 litros cada uno y una lavadora y llenadora de barriles -, ofrece tres estilos diferentes de cerveza: “por un lado tenemos una Red Lager y una Bohemian Pilsner. Son dos estilos de lagers que no hay muchas en el mercado, por eso decidimos ir por ahí. Son cervezas con mucha tomabilidad, poco cuerpo, livianas… a la Red Lager se le nota las maltas caramelo. Siempre tratamos de hacer cervezas que le gusten tanto a una mujer u hombre joven como a alguien grande. Y después hacemos una Session Ipa, que es una cerveza con mucho aroma a lúpulo pero muy poco amargor, muy suave. Nos decidimos por una Session Ipa porque en el mercado de la cerveza artesanal argentina el producto de mayor venta son las cervezas Ipa que son las lupuladas. Pero como a nosotros nos gusta hacer suaves, nos decidimos por una Session, que son con poco amargor y mucho aroma”, detalla Ramiro, quien lamenta que el avance de la pandemia los haya agarrado justo en pleno crecimiento. “Estábamos pasando de vender 800 litros en diciembre a casi 2000 en febrero. Pero la cuarentena nos pegó duro”.
Como es sabido, el coronavirus se convirtió en una especie de alud para las pequeñas industrias y comercios. Según datos de la Cámara de Cerveceros Artesanales (CCAA), para el 90% de estas microempresas las ventas se desplomaron un 95% desde que comenzó la cuarentena, básicamente porque la mayoría de sus productos se despachan en bares, actualmente cerrados. Cerveza Artesanal Única se comercializaba en ocho bares de distintos barrios porteños y ahora solo lo hace en dos que realizan envíos. Por eso, el delivery propio a domicilio de latas se convirtió en su fuerte. “Antes era los bares porque vendíamos en barriles. Todo eso se cortó y ahora estamos midiendo en latas. En mayo vamos 800, que son 400 litros. O sea la producción, como le pasó a las ventas, bajó muchísimo”. A esto se le suma que Daniel – el otro socio encargado de la producción – es paciente de riesgo, por lo que actualmente es solo Ramiro quien se encarga de ir a la fábrica y entregar la cerveza.
En cuanto a las medidas de prevención, contó que realizaron una fumigación y una sanitización del lugar a fines de abril y sale a repartir con barbijo y guantes de latex. “Entregamos las latas con unos hang packs, que son unas tapitas negras donde se enganchan las latas. Yo se las entrego a los clientes tomadas de la parte de abajo para que ellos puedan agarrar el ganchito con la mano y tener el menor contacto posible”, explica.
Toman pedidos por Facebook, Instagram y Whatsapp (15-5332-7990) a partir de las 9 de la mañana sin horario de cierre, y aunque venden en toda Capital y mucho en Lanús, Lomas de Zamora, Maschwitz o Pilar, su principal clientela está en Flores, donde además de tener muchos amigos ya los conocen del boca en boca.
El delivery, los pedidos y el take away, servicios que resurgieron con todo para quedarse
Del garaje de una casa, a una cocina de tres metros por tres, a una fábrica de 380 metros cuadrados y especializaciones. La apuesta fue grande y las ilusiones aún más. Ahora, a pesar de la crisis económica quieren adquirir una enlatadora porque no están dispuestos a rendirse, e invitan a los vecinos a degustar la cerveza hecha en el barrio de manera profesional y con mucha pasión.