Flores de Papel | El periódico gratuito del barrio de Flores

Actualidad

Sui Generis es de Flores

Flores de Papel consiguió un hallazgo único: los comienzos en Flores de la mítica banda que nació en una casa de la calle Culpina.

Publicado

el

Escribe Dra. Natalia Rivarola

Al pasar por el frente de la casa ubicada en Culpina 450 nada llama particularmente la atención: puertas gastadas color crema, fachada de la planta baja revestida en mármol, un primer piso con paredes oscuras por el paso del tiempo… Parece ser una simple vivienda más. Pero lo que nadie sabe es que en su garaje frente al que ahora hay una bicisenda nació hace 50 años una de las bandas más legendarias del rock nacional: Sui Generis. Flores de Papel habló en exclusiva con el vecino Daniel Bernareggi y Diego Fraschetti, quienes formaron parte de la primera etapa del grupo que llevó a la gloria a Charly García y Nito Mestre.

Talleres del Museo en Vacaciones para chicos: Cuarta temporada

“Un tío hermano de mi mamá daba clases de canto en mi casa del barrio de Flores. Al enfermarse gravemente, acudió para su atención y tratamiento el eminente médico cirujano Dr. Piégari, que vivía justamente frente a nuestra casa. Dicho doctor tenía un hijo que deseaba aprender canto, por lo cual empezó a recibir lecciones de mi tío Saverio. Ese hijo, Carlos Piégari, estudiaba en el Colegio Militar Dámaso Centeno de Caballito, donde conoció a Charly García y a Nito Mestre, los cuales, formando un trío, ensayaban voces bajo la conducción de mi tío profesor”, comienza contando Daniel sobre cómo llegaron a sus vidas unos adolescentes que luego se transformarían en próceres del rock.

Para ese entonces – principios de los ’70 – el vecino de Flores ya había tenido experiencia con un gran proyecto musical: “Onda Corta”. El mismo contaba con él en el contrabajo eléctrico y voces, Osvaldo Favrot como primera guitarra y voz, Fernando Berge como segunda guitarra y voz y Diego Fraschetti en la batería. Los primeros tres se habían conocido en Flores Sur, en el barrio de las Casitas Baratas, por el amor a la música y luego, por recomendación de un amigo, incorporaron Diego, quien había llegado a Buenos Aires en 1968 desde Entre Ríos “con el objetivo de trabajar en distintos shows y espectáculos” con el grupo llamado “Los Rebeldes”. “Al no cumplirse nuestras expectativas de trabajo, el resto de los músicos regresaron a Concepción del Uruguay. En ese momento tomé la decisión de quedarme en la Ciudad, optando por continuar con mi pasión por la música”, cuenta a Flores de Papel.


Los cuatro juntos se presentaron en 1970 con “Onda Corta” en el Primer Festival de Música Beat de la República Argentina, auspiciado por Emi Odeón Argentina, resultando finalistas entre 76 grupos, por lo que fueron contratados por el sello discográfico para grabar temas propios y promocionarlos en América Latina. Sin embargo, la experiencia no fue la esperada. “Al no contar nosotros con un representante artístico y dada la escasa promoción publicitada por los medios audiovisuales, los resultados comerciales no dieron fruto. Consecuentemente, Diego y yo nos separamos del grupo, ya que Fernando Berge era convocado para la conscripción y ya no contábamos con su presencia y voz tan característica”, relata el vecino que hizo la primaria en la Escuela Pedro Antonio Cerviño (Av. Varela 358), misma donde estudió el Papa Francisco, y que actualmente vive en Aranguren y Donato Álvarez.

El Palacio Miraflores, el majestuoso gigante que el barrio supo tener

A pesar del traspié, Daniel y Diego decidieron seguir ensayando juntos, justamente en la casa de Culpina 450 – donde el primero vivió desde que tenía un año de edad hasta que se casó en 1971 -, al mismo tiempo que Charly, Nito y Carlos asistían a las clases de canto. “Ellos veían que Diego y yo compartíamos ensayos en esa casa, por lo cual una tarde me piden prestado el equipo de Bajo para dar un recital en una reunión escolar cerca del Parque Centenario. Accedí a ello, acompañándolos para preservar el equipo, resultando una excelente velada compartida por sus compañeros del colegio”. Un par de meses después, Charly y Nito les proponen a ambos integrarse para la creación de un proyecto musical que se llamaría Sui Generis. “Accedimos a ello, ya que también nosotros oíamos sus ensayos y nos agradaban sobremanera sus arreglos vocales”, cuentan.

Y así nació en el barrio de Flores Sui Generis, que en latín quiere decir “único en su género”, el grupo que causó una verdadera revolución dentro del incipiente rock nacional. Comenzaron primero con los ensayos en el garaje de Culpina y luego se fueron trasladando a diferentes espacios. “Recuerdo una fábrica de relojes en la calle Gral. José Gervasio Artigas al 800 de Flores y finalmente en un sótano, en la calle Rosario en Caballito, que nos facilitó un cliente del Banco Nación, Sucursal Flores, en el que yo trabajaba, y nos permitió el acceso para concretar los ensayos hasta realizar la grabación del acetato para la discográfica RCA Víctor”. Finalmente la banda debutó con una presentación en el salón del Club Italiano.

Flores resiste

La relación de los integrantes del grupo era según Daniel “un poco difícil enmarcar”. “Tanto Diego como yo les llevamos varios años de edad y teníamos vivencias y gustos disímiles, excepto la música. Charly, en esa época como en la actualidad, resulta ser de una personalidad extravagante, algo caprichoso e inestable, destacándose su extraordinaria digitación y habilidad para sus creaciones musicales. Nito, en cambio, es una persona apacible, pensante, que aportó su voz, su buen gusto y creatividad en los arreglos”, asegura. Mientras con Diego recuerdan otros músicos que pasaron por la banda, algunos de ellos fugazmente “pero dejando su impronta musical y sus aportes”: Carlos Piégari, “extraordinaria personalidad, con una voz potente, inefable y comunicadora, el cual aportaba un empuje indispensable para todas las acciones llevadas a cabo”; Juan Bellia, guitarrista, “excelente músico y arreglador”; Carlos Ernesto Díaz alias “Poppy”, guitarrista y arreglador; Héctor Luis Suarez, alias “Puky”, excelente guitarrista y cantante; y Osvaldo Lourido, percusionista.

Si bien las intenciones de que creciera Sui Generis eran genuinas, la diferencia de edad y estilos de vida fue un punto esencial para que Daniel y Diego decidieran abandonar el grupo. “Luego de la poca repercusión que tuvo en RCA Víctor el acetato grabado y no contando con un productor artístico que llevara adelante las promociones, se continuaron los ensayos semanales hasta que surgió una propuesta para debutar en Montevideo, Uruguay, para lo cual había que compartir durante 15 días de actuaciones diversas en ese país en forma ad-honorem, otorgándonos solamente hospedaje y comida. Yo, a esa altura de mi vida, ya tenía un importante cargo en mi carrera bancaria y debía renunciar para poder unirme al grupo en Uruguay. Consecuentemente, Diego y yo, nos separamos de Sui Generis y continuamos con nuestros caminos como músicos de cambio, actuando en diversos lugares”.

Ninguno de los dos volvió a hablar con Charly y Nito, ya que “solamente compartíamos la música, siendo nuestros gustos y forma de vida, diametralmente opuesta a la de ellos explica Daniel-, ya que ellos económicamente dependían de sus padres y tanto Diego como yo vivíamos independientemente habiendo ya formado familia, teniendo responsabilidades diferentes”.

Décadas después, en 2018, ambos fueron convocados por la producción de NatGeo para participar del especial “BIOS: Vidas que marcaron la tuya” dedicado a Charly García. En el documental, que fue grabado en el Club Italiano y contó con la conducción de la cantante Julieta Venegas, hicieron escuchar el acetato con las canciones “Grita” y “Marina”. Esta última con los años derivó en la famosa “Seminare”, interpretada por Serú Girán, que es considerada una de las mejores canciones del rock argentino. La grabación de Daniel de “Marina” se puede encontrar en el canal de YouTube RarezasSNM bajo el nombre “Reliquia de Sui Generis antes de la fama: Marina”.

Comercios y profesionales del barrio de Flores

Actualmente los dos continúan relacionados con la música. Diego, hoy jubilado de 72 años, actúa con el grupo 90-60-90 presentándose en casinos y fiestas privadas. Mientras que Daniel (75), quien renunció a su carrera bancaria en 1991 y se dedicó al comercio en su local de la calle Bacacay hasta que se jubiló, se encuentra recuperándose de problemas de salud pero siempre “con amigos poetas, cantantes y compositores, concretando gratos encuentros privados hasta en la actualidad, disfrutando de la pasión que nos une: la música”. Por mucho tiempo siguieron colaborando juntos en diversas actuaciones y hoy conservan “una generosa amistad”.

Pasaron cinco décadas de aquellos ensayos que compartían semana a semana con Charly y Nito. Sus vidas fueron por otros rumbos, pero conservan ese imborrable recuerdo de haber formado parte de una de las bandas más legendarias del país en sus inicios y los vecinos de Flores ahora el orgullo de saber que nació en esa casa de Culpina y Directorio.

Flores de Papel Digital

Recibí las novedades del barrio por mail

* indicates required

Intuit Mailchimp