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Hasta la misma aula
Lucía es vecina del barrio, tiene 15 años y asiste al mismo colegio que Jorge Bergoglio concurrió al jardín de infantes.

Escribe Lucía D´Anna Urteaga
Imaginate ser del país en que nació el papa Francisco. ¿Todo un orgullo para los argentinos, cierto? Imaginate, mejor aún, ser del mismo barrio que él. ¿Una locura, no es así?
¿Y si te digo que yo, además de todo eso, voy a la escuela en la que él hizo su Jardín de Infantes, es decir, la Misericordia de Flores? En 2012, con casi 2 años, yo entré al nivel inicial del “Mise”, el cual, como les acabo de decir, asistió Jorge Bergoglio.
Luego, él tuvo que cambiarse debido a que la primaria de este colegio, en su época, era exclusivamente para mujeres. Al año siguiente de que yo ingresara a aquella institución, en 2013, Francisco fue electo como papa. Mucha casualidad.
Mientras que yo aprendía a hacerme la Señal de la Cruz en el colegio que él formó parte, Francisco se destacaba en el Vaticano por su humildad y ayuda a los más necesitados.
Como si fuera poca cosa coincidir en país, barrio y colegio, hay algo más para agregar. En mi segundo año de secundaria, el año pasado, tuve, junto a mis compañeros de curso, el privilegio de estar en el aula del Papa, aquella en la que él jugaba y aprendía cuando apenas iba al Jardín del Misericordia.
Hoy, tres semanas después de su partida al Cielo, le quiero agradecer por cuidarme desde tan lejos pero tan cerquita a la vez.
