Actualidad
Gran inflación barrial
Preocupación. Tristeza. El barrio de Flores se ve sumergido en una situación muy complicada.
No hay precios de referencia y los valores por productos similares entre un negocio y otro, entre una vereda y otra, pueden fluctuar entre un 100%.
Lita de Lazzari, personaje polémico y vecina del barrio de Flores, cuando fue entrevistada por este periódico en su departamento de la Avenida Alberdi, solía repetir “Hay que caminar, hay que caminar”. Y muchísimos años después, la frase de Lita toma vigencia. Salir a comprar apurado puede ser muy peligroso.
Los negocios de barrio suelen tener menos stock, los chinos tienen precios que “vuelan” y las grandes cadenas, en muchos casos, con ofertas “mentirosas” (40% en la segunda unidad, 2×1, 3×2, desconciertan al consumidor) o descuentos irreales (suben los precios horas antes), quieren atrapar al cliente y en muchos casos los obligan a comprar dos o tres productos iguales para asegurarse un stockeo del comprador y lograr efectivo rápido.
Por momentos, las calles se ven vacías. El vecino sabe que si sale de su hogar gasta por lo menos 5000 pesos por entrar a un local y enero es largo, muy largo.
Mientras tanto, ya no se ve “el lleno” en cafeterías, que cobran -cada medialuna- a casi un dólar. Si uno guardó un ticket puede comprobar que la mayoría de los productos de la canasta familiar subieron un 300% durante 2023 y eso no lo soporta ningún bolsillo.
Para aumentar los precios, siempre los “formadores de precios” se agarran de algo. Puede ser la suba del dólar blue, la suba del dólar oficial, la suba de la nafta, la suba de los salarios, la suba de temperatura de enero…Y así, el que paga las consecuencias es el vecino común, que hace un gran esfuerzo para llegar a fin de mes.
Es estas páginas, hace unos años dijimos que “dentro de poco, los vecinos comprarán medio kiwi”. Hay que aclarar que ninguna de las verdulerías del barrio, en muchos casos hasta seis -a menos de cien metros a la redonda-, tiene idea de cerrar. La posibilidad de sostener un local sin dar factura, tickets, contar con habilitación o demás, le hacen ahorrar costos en épocas de inflación.
La gran duda es, ¿qué podemos hacer al respecto? ¿Hasta cuando durará esto? ¿La inflación será la pandemia del 2024? Muchas dudas sin respuestas.
Dada la tendencia en materia de la trayectoria de los precios, es fundamental controlar el gasto a través de un adecuado presupuesto familiar basado en prioridades respecto a los bienes que sean exclusivamente de primera necesidad. El primer paso es elaborar un buen presupuesto familiar con todos los ingresos disponibles y cuánto se está dispuesto a pagar mensuales para cuentas u otros gastos.
Igualmente, servirá confeccionar un presupuesto de alimentos, evitando las compras frecuentes y cualquier tipo de gasto hormiga.
En segundo lugar, comparar precios entre distintos negocios, considerando que incluso una diferencia del 100 por ciento puede marcar la diferencia para la economía del hogar. También en contratar servicios, los precios de un plomero o un albañil pueden fluctuar un 500%, utilizando los mismos materiales, sólo teniendo en cuenta la mano de obra.
Debido al alza del costo de la vida y a los ingresos familiares, la mayor inflación implica una restricción al gasto lo que se traduce en un adecuado proceso de comparación y elección de bienes priorizando solo lo necesario. Eso puede ocasionar un estancamiento, una recesión. Al respetar el plan de compras, se adquiere solo lo realmente necesario evitando gastos en suntuarios (o productos de temporada, como en el caso de las vestimentas en las que se las usa un par de veces al año) y en bienes de impulso.
Paralelamente, evaluar la conveniencia de comprar en proveedores alternativos como emprendedores barriales, pueden marcar la diferencia. No es lo mismo comprar una torta en la panadería de Carabobo o Falcón que a la señora que montó un emprendimiento gastronómico en su casa de la Avenida Varela. Otros también defienden “las compras en conjunto, familiares o al por mayor” que arrojan buenos resultados en término de menores precios para los consumidores.
“Estamos en el peor enero que recuerde”, sostuvo Ignacio, en su perfumería de la Avenida Gaona.
Un experimentado comerciante de la calle Pedernera sostuvo a Flores de Papel que “en los precios que uno ve en nuestras vidrieras todavía no están aplicados las subas de los servicios públicos (gas, luz y agua) y los sueldos, que sabemos están atrasados”.
En suma, la inflación avanza en 2024 y el vecino busca y buscará diferentes tácticas para salir a flote. Si la ola inflacionaria crece, lo hará ceder más a quedarse en su hogar, con lo justo, con “lo puesto”, prendiendo la menor cantidad de luces y hornallas.
Cuadro de situación
Los precios se aceleraron nuevamente en diciembre y la inflación en la Ciudad de Buenos Aires marcó un nuevo récord: alcanzó una suba del 21,1% en el último mes del año y acumuló 198,4% durante todo el 2023. El aumento de precios en la Ciudad de Buenos Aires durante diciembre implica una aceleración de 9,8 puntos porcentuales respecto al mes pasado, donde el Índice de Precios al Consumidor (IPC) fue del 11,9%.
Si se desagrega el índice, lo más preocupante para el “ciudadano de a pie” es sin dudas el fuerte salto que registraron los alimentos, pues subieron un 30,4% el mes pasado y 241,3% el último año en el distrito porteño. En este caso, “los principales impulsos provinieron de Carnes y derivados (36,2%) y Pan y cereales (32,0%). Le siguieron en importancia, Leche, productos lácteos y huevos (26,3%), Azúcar, repostería y postres (30,6%) y Gaseosas (34,1%)”.
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Por su parte, el “transporte promedió una suba de 30,4%, al impactar principalmente los incrementos en los precios de los combustibles y lubricantes para vehículos de uso del hogar”. La suba anual en este caso fue del 189,8%. En igual dirección, también se destacaron los aumentos en los precios de los automóviles y de los pasajes aéreos.
Por su parte, Restaurantes y hoteles se elevó 19,8% e incidió 2,33 p.p., por las subas en los precios de los alimentos preparados en restaurantes, bares y casas de comida y un escalón más abajo “le siguieron en importancia los incrementos en las tarifas del servicio de alojamiento en hoteles por motivos turísticos”.
En tanto, “Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles registró un alza de 11,6%, con una incidencia 2,18 p.p., debido a las subas en los precios de los alquileres”. En 2023 el incremento fue del 196%.
De la comparación de las estimaciones de varias de ellas surge en primer término que existe una marcada diferencia entre ellas, pero más allá de las cifras puntuales prevalece el consenso que la abrupta suba de la inflación se debe a la brusca devaluación del tipo de cambio oficial y a la liberación de una amplia gama de precios de bienes y servicios.
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Las claves para ahorrar, según Lita de Lázzari
“Buscar los mejores precios” era una de las premisas que explican la filosofía de vida de la referente de los consumidores, vecina de la avenida Alberdi y Bonorino.
El 17 de mayo de 2015, la vida de Lita de Lázzari llegaba a su fin en la Ciudad de Buenos Aires. Pero sus frases hoy siguen vigentes en la ciudad de una ama de casa mediática, ícono de los consumidores.
Ángela María Palermo de Lázzari se hizo famosa por remarcar siempre que no hay que quedarse con el primer precio que se encuentra, sino que hay que persistir y buscar para encontrar uno mejor.
Una de sus frases más emblemáticas, acaso la más recordada de todos, es la que dice “camine, señora, camine”. En este sentido, hay que decir que las otras son bastante similares y transmiten el mismo mensaje: “Caminen, chicas”, “Busquen precio” y “Hay que caminar y buscar precio”.