Actualidad
La locura del evangelio
Tengo que confesar que muchas veces me encontré rebelándome de manera muy fuerte contra algunas de las creencias populares.
Escribe Sergio López
“¿Eso crees?… ¿pero no te das cuenta de que eso no tiene ninguna lógica???”
Tengo que confesar que muchas veces me encontré rebelándome de manera muy fuerte contra algunas de las creencias populares. Por ejemplo, me bastaba con escuchar que alguien decía que pasar por debajo de la escalera “traía mala suerte” como para ir y hacerlo. Era mi modo de decir: “tu creencia es una locura, algo irracional”. Obviamente que más allá de la lógica (o no) detrás de esa creencia, también existía por mi parte un grado de subestimación del otro y, en definitiva, de soberbia.
Esto mismo sucede cotidianamente respecto de la fe en Dios y el evangelio (las “buenas noticias”). En la actualidad, hablar de tener fe en Dios pareciera ser algo arcaico, “pasado de moda” y para muchos hasta podría tratarse de una locura. Por otra parte, hay muchísimas personas que confían en sus propias ideas acerca de los deseos y propuestas de Dios para las personas. Creando ellos mismos un “modo de ser y de actuar de Dios”, terminan siguiendo lo que es sólo una fantasía personal acerca de un dios “hecho a la medida y semejanza humana”, acomodado a su propia lógica.
Sin embargo, podemos encontrar en la Biblia las definiciones que el propio Dios hace acerca de él y sus propósitos. Y hay una consideración contundente del apóstol Pablo en 1 Corintios 1.18 al 20 y 2.4-5. Dice Pablo: “El mensaje de la cruz es una locura para los que se pierden; en cambio, para los que se salvan, es decir, para nosotros, este mensaje es el poder de Dios.
Pues está escrito: «Destruiré la sabiduría de los sabios; frustraré la inteligencia de los inteligentes». ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el erudito? ¿Dónde el filósofo de esta época? ¿No ha convertido Dios en locura la sabiduría de este mundo? (…) “No les hablé ni prediqué con palabras sabias y elocuentes, sino con demostración del poder del Espíritu, para que la fe de ustedes no dependiera de la sabiduría humana, sino del poder de Dios.”
No sé de qué modo te relacionas con la fe, o con Dios y todo lo que resulta de su existencia, pero sí estoy seguro de que tal como leímos que sucedió en el pasado, el evangelio podría sonar a locura; pero, la realidad expresada en la muerte y resurrección de Jesucristo, no trata acerca de lógica racional humana, sino de la manifestación incuestionable del amor y el poder de Dios expresándose de manera perfecta para salvación de todos los que creen en él.
“Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él.” (S. Juan 3.16-17)
Deseo que podamos unirnos a esta “poderosa locura” de la vida de fe, habiendo reconocido el amor incomprensible de Dios para nosotros, y recibido su salvación al aceptar a Jesucristo de manera personal.
(*) Colaborador de la Iglesia Evangélica Bautista de Flores