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El trío de Ratas
Escribe Lucía D´Anna. Tiene 10 años y es vecina del barrio de Flores.
Escribe Lucía D´Anna (*)
La rata Lima vivía en el barrio de Flores con sus amigas. Una de ellas era Pirula. Le gustaba hacer experimentos y darle respuestas a su curiosidad. La otra amiga era Mancha. Hacía danza y era muy cariñosa. Sí, una rata afectuosa.
El invierno había llegado y las ratas tenían frío y hambre. Pirula investigaba por qué sus pelos estaban ásperos y de punta. “Mancha” intentaba entrar en calor con unos pasos de ballet. Las tres vivían en un jardín descolorido de una casa abandonada de la calle Robertson al 500. Lima, mientras preparaba el almuerzo de hormigas y cáscaras de manzana, vio a un polluelo siendo atacado por un gato en su nido.
Mancha quiso ayudar al pichón porque era la rata, o incluso el animal, con el corazón más grande del barrio. A su vez Pirula quería mojar al gato para luego comparar un pelo mojado con uno seco. Lima dijo que iban a pelear fuertemente. Mancha alzó a upa al pichón. Pirula mojó al gato, para asustarlo y para sacarle un pelo. Lima le pateó la cara al felino y este se fue.
Dicho y hecho, el polluelo estuvo a salvo gracias a las ratas. Ellas lo cuidaron como su hijo y de nombre la pusieron Gato, en conmemoración al ocasionante de que los tres estén comiendo juntos, aprendiendo el abecedario.
Y después, ¡todos quieren a los pajaritos y no a las ratas, aunque ellas los salven y los adopten! Y no se preocupen, vecinos de Flores, por el gato Daniel, ya se hizo amigo de un perro.
(*) Lucía D´Anna tiene 10 años y es vecina del barrio de Flores.