Liliana Pécora: “Nací con el humor incorporado”

Escribe Micaela Calabró

En esta ocasión, Flores de Papel conversó con Liliana Pécora, quien después de subir por primera vez a un escenario decidió no bajarse nunca más y ya lleva 47 años de trayectoria.

En su vasto recorrido tuvo oportunidad de trabajar junto a actores de la talla de Guillermo Francella y Moria Casán. La actriz, que también estudió psicología y se recibió de maestra jardinera, es autora de famosos ciclos teatrales como Mujeres de 60. Recientemente presentó en el Teatro Border su unipersonal La novia de Lorca, con la dirección de Héctor Presa.

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– Empezó como actriz a los 23 años casi por casualidad, después de que le propusieran presentarse para una obra en el Teatro San Martín ¿Quiere contarnos un poco esa anécdota y como fueron sus comienzos?
– Yo siempre fui muy payasa, me gustó jugar, y teatro es acción, yo no lo sabía cuando era chica, y jugar es teatro. Yo jugaba… jugaba, hacia personajes, jugaba a la maestra, jugaba a una ecónoma que había en aquel tiempo, que estaba de moda, Doña Petrona C de Gandulfo ¡Y todo eso es teatro! lo que pasa es que ¡Claro! Uno dice ¡Ay son niños! Entonces lo desvalorizan ¡No! ¡Eso es teatro! Todo eso siempre estuvo en mí, entonces actúe en todos los actos de la escuela primaria, secundaria y en el profesorado.

Cuando trabajé como maestra jardinera hacíamos obras de teatro con los papás y los maestros del jardín para los chicos ¡Y ahí surgió! Una mamá que me convoca a que vaya al Teatro San Martin a hacer una prueba para una obra de teatro que había escrito la hermana, un espectáculo infantil. Y allí fui con todos mis miedos y sabiendo que no tenía formación, pero con esa impronta que te da la juventud.

Tal vez ustedes a los 23 años ya se sienten viejos ¡Yo a los 23 años me sentía una niña que estaba saliendo del cascarón! Son diferentes percepciones según las edades. Fui y con mucho miedo me presenté…bueno… ¡Me tomaron! Y a los 4 meses ya estaba debutando en el Teatro Municipal General San Martin, en la sala Casacuberta, una sala semicircular, y cuando pisé el escenario y vi todo lleno de gente ¡Creí que me moría del susto! Fue esa mezcla de vértigo y placer y me dije: “¡No bajo más de un escenario!” Y a partir de ese momento, ya hace 47 años, me dedico a ser actriz.

– Tuvo oportunidad de trabajar junto a reconocidos actores como Luis Landriscina, Guillermo Francella y Moria Casán, en ese sentido ¿Quiénes fueron sus principales referentes en el mundo de la actuación?
– Fundamentales: Charles Chaplin en mi infancia, lo copiaba, lo imitaba, siempre…siempre imité, siempre imité lo que me gustaba. Desde Charles Chaplin hasta Nini Marshall, una bailarina clásica, por lo cual, hoy mucha gente piensa que yo estudié danza clásica ¡Y no estudié! ¡Simplemente porque me encantaba! Entonces, me ponía a bailar, copiaba las publicidades, imitaba. Charles Chaplin y Nini Marshall fueron mis referentes en mi infancia y después de grande me di cuenta que fueron los cimientos mas importantes en mi formación como actriz.

– ¿En qué consisten sus reconocidos cursos de risoterapia? ¿De qué se trata el Taller de la Risa y qué dinámicas se usan?
– Los cursos de risoterapia surgen de una necesidad de trabajar en la época del corralito, una de las crisis mas fuertes que tuvo nuestro país. Las dinámicas consisten en juga, jugar, jugar y jugar. De la risa sale el juego.

Algunos juegos son técnicas teatrales, que son juegos, y de ahí sale la risa, la risa real, consciente, la risa no armada desde la cabeza sino la risa que sale de las extrañas ¡Esa es la risa que a mí me interesa! ¡No el 1, 2, 3 ahora todos a reírse! Esa no es mi técnica, mi técnica es a través del juego, del baile, que la gente se divierta y empiece a esbozar una sonrisa, los que están más encapsulados.

Los que están más flojos se empiezan a divertir más, se mueven, se ríen y así sucesivamente, todo depende de la estructura mental de cada uno de los participantes.

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– Hablemos sobre uno de sus proyectos más recientes: “La novia de Lorca” ¿De dónde surgió la idea y como fue el proceso de escritura y realización?
– Hace muchísimos años que vengo escribiendo cosas sobre Federico García Lorca y adaptando sus tragedias a comedia porque lo hago con mis alumnos del Curso de Teatro con humor. Y después dije: “¡Bueno! ¡Voy a hacer un unipersonal!”.

Siempre pensé en que una mujer se enamoraba de García Lorca. Un día, viendo una película, veo que en esa película se lo ve a García Lorca junto con Buñuel, con Salvador Dalí y Rafael Alberti en la residencia de Madrid, donde él estudiaba en la facultad de abogacía y literatura, y había una mujer que salía con ellos siempre de copas, que estaba totalmente enamorada de Federico.

Hasta que un día se viste, se toma unas cuantas copas y se mete en su habitación para lograr su objetivo de tener relaciones con él. Esto se ve en la película, eso que se ve en la película a mí me disparó el empezar a escribir. No sabía por dónde llevarlo muy bien, cuando una amiga, Sonia Caligo, me dice: “¿Sabes que existió una mujer que se enamoró de Federico García Lorca, con nombre y apellido, Emilia Llanos? Y acaba de salir la biografía de la vida de ella”. Entonces, me compro por internet el libro y ahí estaba todo lo que yo quería.

En base a ese libro escribí esta obra que después con el director, Héctor Presa, fuimos adaptando convenientemente a lo que más me servía, y pase, después de muchísimos años que venía haciendo comedia, a hacer una tragedia, porque la gente dice drama, el drama es la unión de la tragedia y la comedia. Drama es dramatización, accionar, tragedia es lo que te hace llorar y comedia es lo que te hace reír.

Por eso son las máscaras del teatro, lo que une a las dos es el drama ¡Esto es una clase de la señorita maestra Liliana Pécora! (risas).
La repercusión de la gente que viene es maravillosa. No tengo la repercusión numérica porque no soy mediática, no soy famosa, la gente va a ver los espectáculos de la gente que está en televisión o que es amigo de tal persona. El mío es un unipersonal, es mucho más difícil de convocar gente cuando una está sola.

Es decir, en cuestión de números no estoy satisfecha, pero en cuestión de respuesta del público, altamente satisfecha, la gente se va emocionada, tengo unas críticas estupendas, pero no siempre se puede vivir del teatro.

– Recientemente declaró que tiene ganas de estar en el Bailando y que es muy buena bailando salsa ¿Qué otros ritmos le gustan o desearía experimentar?
– Eso salió de una periodista que me hizo una nota, yo le conté que me gustaba mucho bailar y me preguntó: “¿Te gustaría ir al Bailando?”. Fue hace 10 años atrás, tenía 60, hoy tengo 70, tenía obviamente más agilidad y estaba en condiciones de hacer como actriz un Bailando, ¡Aunque sea una vez y después que me bochen! ¡No me importa! Pero la realidad es que nunca me llamaron porque, vuelvo a decir, no soy mediática- Salió de ella lo del Bailando, ¡La verdad que de lo que menos tengo ganas es de ir al Bailando!

– Para finalizar ¿Qué otros sueños tiene?
– Que termine la corrupción, que haya respeto, que nos dejen vivir, que no maten a la gente, que no haya tanta psicopatía. Acá si me emociono, me pongo seria, porque lo que se está viviendo es un horror.