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Flamencos en Flores
La joya de la galería Le Boulevard es su hall central, donde convergen todos los accesos.
Escribe Claudio H. Sánchez (*)
La galería Le Boulevard es una de las más grandes de Flores. Es un laberinto de cerca de diez corredores en distintos niveles y entradas por tres calles: Rivadavia, Yerbal y Caracas. Tiene tres sectores bien diferenciados, lo que sugiere que se creó como resultado de la unión de tres galerías independientes. Durante muchos años sobrevivió un cartel de Galería Caracas, en la entrada por la calle homónima, como testimonio de ese origen independiente. Aunque no está pasando por su mejor momento, en su época de esplendor, a mediados de los años 60, era lo más parecido a un shopping que tuvimos en nuestro barrio. Aún antes de que el concepto de shopping existiera como lo conocemos ahora. Tenía locales de comida, una calesita con otros juegos infantiles y un estanque con flamencos vivos.
La joya de la galería es su hall central, donde convergen todos los accesos. Tiene forma elíptica y está decorado por un friso de casi tres metros de alto creado por Jorge Brito, un pintor, escultor y muralista nacido en Buenos Aires en 1925 y muerto en París en 1996. En este hall se destaca un local de aspecto futurista que parece salido de un episodio de Los Supersónicos. Se levanta sobre un estanque de poca profundidad que, a fines de los 60, alojó durante un tiempo a una pareja de flamencos. Ya en este siglo, el estanque fue cubierto con tablas de madera, por razones de seguridad.
Los flamencos de la galería no estuvieron durante mucho tiempo. Pero los habitantes de Flores tuvimos en la galería Le Boulevard la oportunidad de ver en vivo un animal que sólo conocíamos por la pluma de Horacio Quiroga.
(*) Claudio H. Sánchez es profesor de la Universidad de Flores.
