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Di Matteo, siempre huevos
Escribe Juan Pablo Niccolini
Mientras cae el sol e inicia el atardecer, vemos al entrar al negocio a Fabián. El, actual dueño está preparando los maples a la espera del caudal de clientes. Viendo esa imagen, imaginamos a su padre Juan Di Matteo, haciendo lo mismo. Pes lo único que cambio en el local a lo largo dl tiempo es esa plaqueta que figura al lado del mostrador, la cual agradece a los vecinos por los 64 años que lleva la huevería, y las canas de los clientes. Fue allá por 1954 cuando dos socios, Juan y Roberto abrieron con un contrato de 2 años, a ver qué pasaba. Y, si bien, les costó llevarlo al principio, esos dos amigos de infancia, esos dos hermanos de distinta mare, fueron creciendo y mantuvieron el negocio.
Hoy en día, el mismo es manejado por los dos hijos de Di Matteo, tras el fallecimiento de él hace unos 12 años y el de Roberto unos 25 aproximadamente.
Fabián nos cuenta que en sus 28 años de ver al barrio a través de esas puertas verdes, la evolución de la zona fue relativa, clara “Se tiraron algunas casas viejas para hacer dúplex o un par de edificios pero no se hacen de muchos pisos. Los más nuevos son de tres o cuatro, por suerte. Mucho cambio no hubo, lo cual me parece bien”. Y razón tiene, con las características casas antiguas, el empedrado y el boulevard que identifica el Boulevard Francisco Bilbao, el barrio se mantiene clásico en el estético.
Hablando sobre los cambios y la zona de la huevería, el heredero de Di Matteo nos explica por qué ya el comercio es parte de la cultura de la zona: “Mucha gente en el barrio dice “la huevería” y se sabe dónde es o la usan como punto de referencia, ni hace falta decir la dirección (Francisco Bilbao 3071). Todo se mide en décadas acá, el otro día vino una señora con una nenita en brazos y me dice que es la nieta, y a esa señora la traía la abuela, o sea, pasaron 5 generaciones viniendo a comprar acá”.
¿Cuál es la clave como para que esto ocurra?, ¿Qué hace que la gente siga eligiendo la huevería para comprar, cuando ya se puede adquirir huevos en cualquier verdulería o supermercado chino? A esta incógnita Fabián contesta con las tres claves, según él, por las cuales se mantiene la clientela: “Primero que nada la calidad de la mercadería, ha personas que dicen que hace 40 años que compran acá y nunca les vino un huevo malo, lo que más cuidamos es la excelencia de la mercadería. Los huevos son frescos, en perfectas condiciones y revisados. Segundo, la competitividad en los precios, el huevo es más grande y más barato, entonces rinde mucho más. Y por último, por fuera de la relación precio-calidad, está la costumbre. Hay gente que dice que si no come huevos de acá, no puede comer huevos porque ya vienen de chicos. Ni siquiera intentan comprar en otro lado. Mucha costumbre hay, tenemos la mayoría de los clientes de toda la vida. Es más, hay personas que se mudan de barrio y cuando vienen para acá, paran y compran para tener. La mayoría viene en auto, o sea que no son vecinos cercanos”.
Además, la prioridad en el local es que el cliente se sienta cuidado. Por eso, nos cuenta Fabián, que si la gente habla a favor o en contra de un político, dejan que se descargue pero no intervienen. Lo mismo sucede con el futbol: “No queremos ofender a la gente, está muy nerviosa, una palabra lleva a la otra y terminan discutiendo mal. Cuando pasa eso nosotros miramos, nos decimos nada”.
Por último, desde la huevería Di Matteo agradecen a los vecinos por todos los años que acompañaron al crecimiento del lugar, e invitarlos de lunes a viernes de 09 a 13 y de 17 a 20 y los sábados de 09 a 14 a probar los que para muchos habitantes del barrio, son los mejores huevos de Flores.