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Dame un día

Roby D´Anna, director del periódico, escribe la contratapa del mes de Agosto.

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Escribe Roby D´Anna

Dame un día que sea completo. Que pueda verte todo un día. Que los bomberos no apaguen el fuego y los médicos no curen enfermos.

Dejame un día donde las madres abracen y hagan upa a sus hijos, a sus padres y nietos.
Dejame un día donde pueda viajar en el 132 más allá de Retiro y que el tren Sarmiento llegue a los bosques, directo.
Dejame un día donde vos y yo podamos jugar de nuevo. En el Pasaje La Robla, en Terrada, con esa pelota de cuero.

Un día donde pueda verla en su último cuento. Donde sus manos vuelen escribiendo.
Un día que todo crezca. Un día que seas mayor de edad y puedas correr, sin freno ni tiempos.
Que todos se llamen igual, piensen igual y tengan la misma fuerza que un cielo azul intenso.

Quiero cenar sin cubiertos en el Quitapenas. Frenar en el Tourbillón, un minuto. Cargar nafta en el ACA y ver un cuadro de Rovira o un La Rocca inmenso e ir “rajando” a bailar en un The End abierto, completo.

Veinticinco años

Quiero ver a los niños salir del Urquiza, mezclados con los del Alem y ver cruzar a Arlt, entre el tumulto de gritos y viento.
Quiero abrir los mercados, el de Falcón, Varela, Av. del Trabajo o el de Gaona y Artigas, con Benito atendiendo.

Que pueda caminar por la Galería y ver a Spilimbergo. Dejame soñar despierto y que me des ese bombón relleno con dulce de leche, en una bandeja de plata, de los años 60.

Dejame caminar sin pedirme permisos ni documentos. Tomando de tu bebedero con Baldomero, de agua fría, pura, sin filtros.
Dejame buscarte y llamarte. Cargame completo.

Marcar tu número, de memoria, en un teléfono público naranja, que funcione sin cospeles, al descubierto.
Dejarme ponerme la pollera más corta o ponerte la camisa blanca, recién planchada con apresto. Que sea viernes, sábado o un lunes desierto.

Dame ese “Perfect Day” sonando en Cesar Po, en una Rivadavia infinita, desierta. Dame tiempo para ganarle al subte corriendo.
Dame ese día. Ya tengo 40, 50 o 60. Que sea un 1º, un 13 o un 24 de agosto.

Demolieron el Viejo Cine Minerva y Disco The End

Que tenga frío y esté abrigado. Que no haya vecinos tirados en la puerta del cine. Abramos todas las salas y que se besen los novios y abuelos.

Dame un día para cocinarte, tu plato favorito. Un día completo, de Flores, de flores, completo.

Que toque el Maestro Colángelo y que escriba Cadícamo ese tango inédito. Que vea a Cacho por un momento y me de consejos. Que te escuche, a vos, como dueño o siendo trapito, entre tantos juguetes cubierto.

Que pueda llorar un día completo hasta quedar seco. Un día donde todo esté abierto. Un día gratis, sin vueltas. Sin cambios. Resuelto.
Dejame un día completo. Dejame escribir esa hoja que tengo vacía. Dejame tomar whisky o cerveza, en el cordón de la vereda, con todos ellos y después verte jugar básquet o volar en el Echagüe, como ese drone que quedó colgado en el frente de la pieza de costura de una casita municipal.

Dejame cantarte y darle de comer a los pájaros o ver a un galgo rescatado correr por el pasaje Timbó. Dejame andar un día en moto sin frenos, en una bicicleta sin ruedas. Dejame despierto. Dejame verte reír en Falcón, sin barbijos.

Dejame comer esa pizza perfecta. Ese negro café con medialunas de ayer, en una farmacia que sea bar. Dejame ver a Aira escribiendo a las 11. Dame un día para izar la bandera en el mástil de la Plaza; acomodando medallas y postales en un museo de Flores.

Un día de luz, de sol y de viento, que sople muy fuerte y se lleve el tiempo. Un día de naturaleza. Extraordinario. Un día de agosto. De invierno.

Flores de Papel Digital

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