Avellaneda, la alternativa a la crisis que no sucumbe

Escribe María Martínez

La Avenida Avellaneda es una de las zonas textiles más visitadas del barrio de Flores. Con variedad de texturas, colores y diseños sus vidrieras lucen la nueva colección otoño invierno. La crisis económica golpea a los porteños, como consecuencia los locales de la zona ganan adeptos.

El otoño ya marca tendencia entre los porteños. Los locales de indumentaria de la Avenida Santa Fe yacen con menos movimiento que años anteriores.

La Avenida Avellaneda también sufre la crisis porteña pero como consecuencia también logró un incremento de visitantes nuevos interesados en las ofertas.

Durante muchos años el polo textil de la zona era visitado cada año por turistas de todo el mundo que buscaban calidad, accesibilidad y ofertas económicas para mayoristas.

Sin embargo la cuestión de las compras mayoristas no resultaba factible ni conveniente para los consumidores comunes por lo que con el paso de los años la estrategia de venta se modificó.

Hoy, los locales de la zona, ofrecen la posibilidad de acceder a la compra de los productos a precios minoritas, semi mayoristas con prenda de hasta 2 o 4 diseños y colores diferentes y mayoristas clásicos para revendedores. Estas son solo algunas de las propuestas económicas que ofrecen la mayoría de los locales y que genera un aumento en el flujo de visitantes.

Flores de Papel realizó un recorrido para descubrir cuáles son las tendencias y como y cuanto afecto o beneficio el golpe a la economía en esta primera mitad del año al sector.

Alrededor de las 10 de la mañana los locales de la Avenida ya tienen en alto sus ventanas. Las vidrieras lucen los últimos modelos y emulan las grandes marcas.

Precios accesibles y modelos exclusivos parecerían ser posibles para el universo textil de Flores donde se funden los diseños para todos los estilos.

“Solía comprar en los shopping hace dos años…me parecía que el tiempo que invertía en recorrer otros lugares lo ganaba ahí por una diferencia minina de precios…pero esa diferencia minina ya no existe así que vengo a abastecerme hasta acá” confiesa Luisa una compradora que viene de Palermo.
Según algunos comerciantes de la zona muchos locales de renombre de los barrios de elite revenden la mercadería que adquieren en Nazca y Avellaneda a precios tres veces más elevados.

La mayoría de los comerciantes del polo textil de la zona son surcoreanos que trabajan con talleres textiles del bajo flores a precios módicos y revenden las prendas a casas de ropa minoristas de todo el país.
El panorama es claro. Se observa desde temprano movimiento de personas con valijas, cajas y automóviles repletos de mercadería.

¨Vienen de todas partes a comprarnos. Tenemos clientes fijos de muchas provincias que nos visitan una vez al mes. Sin embargo últimamente aumento el flujo de compradores particulares o revendedores chicos de Buenos Aires. Algunos vienen de barrios como Palermo o Recoleta, algo que hace unos años atrás era muy inusual¨ reconoció Rubén Con un castellano muy claro a pesar de sus rasgos orientales marcados.

Desde pantalones, camperas de cuero, jeans, camisas buzos y camisolas hasta calzados y accesorios como gorras, pulseras y pañuelos son la variante.

Los precios suelen variar entre un 30% y hasta un 45% más barato que en otros sitios de Buenos Aires.
A partir de seis prendas se considera rebaja por precios mayoristas. Sin embargo hay otras promociones según la prendas que te lleves .Alguna por ejemplo son prendas con valores que superan los $500 por lo que las prendas siguientes poseen un descuento como mayoristas.

Además de los jeans y los abrigos los protagonistas de la temporada son las chalinas y las pañoletas. Con una gran variedad de colores, diseños y texturas lideran la lista de lo más buscado y vendido en la zona.
¨Muchos venimos por los precios pero otros vienen por la variedad en una sola calle¨, me comenta Natalia mientras paga la totalidad de sus compras que le caben en dos bolsones.

¨Vengo hace bastante la calidad es buena y la zona es muy surtida…cada vez veo más personas frecuentar la zona, y no son solo revendedores, muchos se acercan por compras minoristas y aun así hacen diferencia con los costos que se pagan en el resto de la Ciudad”, concluyó Natalia.