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Aprender haciendo

Sergio Lesbegueris es licenciado y profesor en Sociología (UBA), y Especialista en Gestión y Conducción del sistema Educativo y sus Instituciones (FLACSO).

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Desde hace más de 20 años, Lesbegueris dirige el Centro de Formación Profesional N° 24 (Artigas 690), y también es docente de los Curso de Formación profesional “Iniciación en el Cooperativismo”, “Trabajo y Sociedad” y “Relaciones Laborales”, pertenecientes al Ministerio de Educación del Gobierno de la Ciudad de Bs. As.

En febrero de 2000, se recibió de profesor y el director del área tenía ganas de formar un Centro de Formación Profesional. Por esos momentos, la escuela de Artigas y Morón había estado abandonada, luego de pasar por un proceso de ser un depósito escolar. Allí fue cuando Sergio y un grupo de vecinos de Flores “empezamos una reconstrucción y buscar generar vínculos con el barrio”, queriendo reconstruir los valores de una escuela pública para adultos.

Corré en Parque Chacabuco

“Fue en el año 2000, donde se había expulsado laboralmente a masa de vecinos que estaban angustiados y que les costaba reinsertarse laboralmente. En esta esquina, abrimos con una inocencia de la edad, yo tenía unos 30 años, con un sistema medio de asamblea, naif si se quiere, que formó una cooperativa de trabajo, que se instituyó con docentes y estudiantes. Nos dio una impronta, nos marcó un camino por dónde ir. Organizamos un intento para salir laboralmente y ayudamos a otros centros de formación profesional en su organización, como en Barracas o el Bajo Flores”, sostuvo Sergio en una entrevista exclusiva con Flores de Papel.

A partir de ahí le encontraron un sentido…
-Efectivamente. Investigamos, no había nada parecido. Empezamos un curso que se llamó inicio al cooperativismo, un trayecto en economía social y solidaria. Empezamos a hablar de autogestión. Nos encontramos con muchos vecinos e inscribimos una “cooperativa de trabajo”, un 18 de diciembre de 2001, ¡un día antes de la gran crisis!. Vivimos un clima de época, un proceso colectivo.

-¿Luego, cómo fue dándose ese camino?
Fuimos ensayando, entendimos que había que dar algo más que enseñar oficios para vincularnos. Creamos ferias, formamos emprendedores y en 2004, en esa época de preguntarnos todo, encontramos un sentido social y nos vinculamos con el Hospital Alvarez e hicimos camillas. Allí, todos los cursos empezaron a producir, a realizar prácticas con un sentido social.

Un raro “caso” que deambula por el Bajo de Flores

-Y ahí aparece la famosa Milonga de Artigas…
-La Milonga fue una idea para generar recursos y revincular los cursos. Participaron los cursos de gastronomía; carpintería realizó los bancos y las sillas; serigrafía confeccionó los centros de mesa; artesanía hace los veladores; sonido nos ayudó en la ecualización del sonido, todos los cursos encontraron en La Milonga una manera de hacer práctica, contribuir a un proyecto común y generar recursos.

-De ese equipo que armaste hace casi un cuarto de siglo, ¿quedan integrantes?
-Muchos se fueron jubilando, pero de ese equipo inicial quedan grandes personas, como por ejemplo Pablito, Ramón, entre otros. Logramos, con el tiempo, generar un recambio generacional.

-Más adelante, ganaron un espacio importante (metros cuadrados) construyendo un gran centro educativo en el fondo del mismo lote.
-Sí. En el mismo terreno, ampliamos totalmente la escuela, con tres pisos y cuatro aulas en cada nivel, servicios sanitarios y ascensores, con la ayuda del Ministerio de Educación de la Ciudad

-¿Cuántos cursos, alumnos y de qué edades tiene hoy el Centro?
-Es una Escuela Pública de Oficios, a partir de los 18 años. Contamos con 80 cursos trimestrales gratuitos, con contribución de cooperadora. Estos cursos se dividen por áreas: Audiovisual , Estética, Gastronomía, Construcciones (herrería, carpintería, soldadura, electricidad, plomería), Artesanía (cerámica, vitreaux, muralismo, etc) e Informática. La institución está abierta de 8 a 22 y hoy debemos ser de las escuelas con más apertura horaria de la Ciudad. En nuestras aulas transitan más de 1500 alumnos por cuatrimestre.

Mujeres con Voz Propia en Flores

-Para finalizar, ¿cómo hizo para mantener esa figura de director y permanecer al frente por tantos años?
-Nunca me creí la figura de director. Es un espacio de experimentación donde lo social está presente siempre. Hay que construir sociedad, comunidad frente al neoliberalismo y el sálvese quien pueda. Frente a la estrategia individual, las instituciones son un grupo de resistencia y de invención de lo social y desde ahí, asumo mi lugar y lo vivo con gran alegría. Para mí, la comunidad, el armar lazos y vínculos tiene que ver con la política en la construcción de abajo hacia arriba. Acá, todo es palpable. Eso me gusta, es una construcción de vida.

Convenio entre el CFP 24 y la Universidad de Avellaneda

Al cierre de esta edición, el Centro de Formación Profesional n°24 llegó a un acuerdo con la Universidad Nacional de Avellaneda, en cuyos laboratorios se harán los análisis técnicos de materiales que está desarrollando el Fab Lab de Plásticos del CFP 24. Estuvieron presentes el Decano de la carrera de Arquitectura, Diseño y Urbanismo- DADU @undav_oficial, el Arq. Jaime Sorín y el Director de la carrera de Ingeniería en Materiales, Mgtr Ing Silvio Colombo, quienes llevarán adelante las certificaciones técnicas y la adecuación del sistema constructivo del Ecobloque a las normas vigentes.
“Hace tiempo que venimos trabajando en el cuidado ambiental desde el Laboratorio de Materiales Plásticos Recuperados y desarrollando distintos productos de la cadena constructiva, como el Ecobloque y diversos tipos de madera plástica”, sostuvo Lesbegueris.

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