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Historia de 40 años de actividad del Laboratorio Rapela
Juan Carlos Rapela, titular del Laboratorio repasa los 40 años de la Institución, desde sus orígenes hasta el día de hoy que se encuentra conducido por sus hijos.
Escribe Juan Carlos Rapela
Yo era un joven de 28 años con pocos años de recibido en la UBA (Fac. de Farmacia y Bioquímica) que tenía aspiraciones de dirigir un buen Laboratorio propio. Me asocio con un ex fabricante de cepillos a fason (Néstor, que además era mi suegro) y que había vendido sus maquinarias (presionado por la invasión de productos de calidad importados y económicos) y que había adquirido con esos ingresos, un departamento antiguo de dos ambientes en la zona de Palermo. El objetivo era desarrollar un laboratorio de análisis clínicos.
Yo aportaba el conocimiento del negocio, contactos y el instrumental adquirido (básico por supuesto) año a año con los ingresos de mis distintos trabajos en el rubro.
Néstor, el local y su tiempo para tareas de recepción de pacientes, que debió aprender.
Durante días, semanas eran escasos los pacientes, no generábamos para la sustentabilidad del negocio. No me sobraba el tiempo (debía continuar con cuatro trabajos que tenía como dependiente, para mantener la familia, que en ese momento era con solo un hijo) y además mantener los gastos del local. Aprovechaba los momentos que disponía, para intentar incorporar obras sociales y otros financiadores para impulsar el Laboratorio, además de visitar a los médicos de la zona, para explicarles las bondades de nuestra atención personalizada.
Para diferenciarnos a los pacientes que atendíamos les entregábamos sin cargo una tarjeta personalizada con el grupo y Rh que hacíamos en la misma tarjeta y en caso de estudios de lípidos un histograma hecho en papel cuadriculado, prolijamente a mano.
UN MÉDICO QUE HACÍA ESTUDIOS DE SALUD EN UNA MULTINACIONAL EMPEZÓ A MANDARNOS SU PACIENTES.
El Sanatorio Gūemes donde desarrollaba tareas como jefe de guardia, estaba en una crisis económica – financiera y se podían negociar retiros voluntarios.
Me tiré a la pileta y con desparpajo ofrecí mi renuncia SIN ARREGLO ECONÓMICO a cambio que nos habilitaran a atender en forma periférica los afiliados a CIM (prepaga del sanatorio, hoy SMG) que tenía asociados en gran escala que se quejaban de las colas que hacían para Laboratorio en el Guemes.
Fue exitosa la negociación y llenamos las salas de espera de Agüero y Flores (en ese momento ya le habíamos comprado el Laboratorio de Flores, Pedernera 67 a su dueño que se jubilaba (con préstamos familiares para pagar la compra que fue en cuotas). Yo había sido empleado de ese Laboratorio, por mucho tiempo.
Allí ya se hizo necesario la expansión que en primera instancia fue el alquiler de un departamento aledaño en el mismo edificio de Pedernera y la compra de un conventillo que se transformó en nuestra actual sede central Ramón Falcón 2534 del Barrio de Flores.
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Mudados a la nueva sede, allá por 1980, nos equipamos con instrumentos de alta complejidad, poco convencionales en el Laboratorio Clínico (HPLC, Potenciometría que reemplazamos luego por absorción atómica, Cromatografia gaseosa, etc.). Desde los inicios fuimos innovadores y desarrollamos métodos que nos transformaron en adalides del cambio (primeros en usar perlas detectar anticuerpos de HIV, desarrollamos el Dosaje de Homociteína, Helicobacter Pilory en aire espirado, Toxicología y vitaminas por electroforesis capilar además de métodos in house para los más raros controles en alimentos como el gas en las gaseosas, capacidad absortiva de los pañales, etc.).
En veterinaria fuimos los primeros en incorporar la biología molecular en el diagnóstico de las mascotas, haciendo estudios en zoológicos desde el ciclo hormonal de las rayas y chuchos hasta gases en sangre a un cóndor.
En automatización de equipos de clínica, fuimos de los primeros. En química ABA 100 autoanalizador mono canal , VP Abbott multicanal, Targa Wiener, Axsym Abbott (el primer Autoanalizador inmunoenzimatico que ingresó al país) hasta llegar a los actuales Alinity inteligentes.
En hematología también fuimos pioneros de la automatización con equipos semiautomáticos de tres parámetros al principio (Leucocitos, hematíes y hemoglobina) que permitió el diagnóstico de poliglobilias y talasemias y generó el reclamo de los médicos que no creían que los rojos se contaran y no dieran exacto los datos que hasta ese momento se hacían por cálculo matemático. Rápidamente incorporamos los contadores Celldyn Abbott que ya contaban también las plaquetas en forma potenciométrica, y discriminaban la fórmula leucocitaria con tecnología láser.
Hoy ya tenemos la automatización en orinas (con la química y el sedimento) además de la microbiología que permite certeros diagnósticos en tiempos muy reducidos en beneficio de los pacientes comprometidos infectológicamente.
Somos el Laboratorio que más extracciones a domicilio realiza diariamente en un servicio 7×24 incluyendo URGENCIAS, brindando este servicio a las más importantes prepagas y Obras Sociales en CABA y GBA. Para el LIS de laboratorio hicimos un desarrollo propio, allá por el año 81, en un equipo anterior a las PC (comodore 64 que se usaba para juegos) siendo de los primeros en informatizar la recepción y la post analítica que incluía la facturación. Luego adquirimos un software para PC, que cambiamos rápidamente por el Labsys que permitía interfaces.
Fuimos de los primeros Laboratorios en utilizar el código de barras para rotulado de las muestras y en interfasear los analizadores y el LIS. Hoy ya entregamos por autoservicio en un tótem los informes de resultados con el código QR que sale impreso en el talón de retiro Trabajamos juntos con el desarrollador para que semana a semana fuera incorporando nuestras necesidades.
Allí nació la innovación de enviar los antecedentes y curvas de evolución a los médicos en los informes, que generó un alto impacto positivo. Hoy participamos en el desarrollo de un LIS propio (Glyms) que incluye las unidades de negocios de Bromatología y Veterinaria con validación técnica automática y un midware en capa intermedia para los on line de los instrumentos.
La Certificación y Acreditación de la calidad fueron nuestro horizonte desde los inicios. Empezamos con lo más básico que era la acreditación por FABA. Fuimos luego por una certificación internacional, cuando cumplimos los 20 años en 1999 CERTIFICAMOS ISO 9000 para todas las unidades de negocio desde la Preanalítica a la post analítica. Ya habíamos ACREDITADO POR SENASA para agua, mieles, fisicoquímico etc. Estábamos cerca de los ACREDITACIONES ISO 17025 (Bromatologia) e ISSO 15189 (Clínica) y logramos ese objetivo de demostrar nuestra pericia en la resolución específica de los distintos analitos .
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Durante estos 40 años, el crecimiento del Laboratorio fue sin pausa, siempre fue pionero en la automatización, innovación y desarrollo de nuevas unidades de negocios llegando a la actual estructura de casi 300 empleados directos que desarrollan actividades en nuestra sede central de más de 2000 m2 y en los distintos centros y Sanatorios (Finochietto, San Cayetano, Clínica de Pasteleros, ITAC, etc. ) donde prestamos servicios apuntando a la excelencia. A lo largo del tiempo, transitamos por las crisis del Rodrigazo, del 2001, la crisis de Méjico, la actual y las idas y vueltas de nuestra inestable economía que truncan proyectos a largo plazo. Siempre apostamos a la reinversión en tecnología y espacio.
En unidades de negocio, aprovechando la capacidad tecnológica instalada, desarrollamos Toxicología Laboral, liderando hasta hoy ese segmento, Análisis de control de Calidad de Alimentos, medicamentos y aguas, que creció en forma notable por la multiplicidad de desarrollos y las acreditaciones logradas en SENASA, ISO17025 y COI (comité oleícola Internacional) que nos transformó en único referente en Latinoamérica en el control de calidad de aceite de oliva de exportación y el análisis clínico para mascotas (sector de veterinaria) donde somos referentes en el mercado por el desarrollo de prestaciones en la que Laboratorio Rapela es el único con capacidad de resolución.
Hemos publicado un libro sobre marcadores biológicos de exposición laboral y otro de Análisis clínicos en mascotas. Debimos reacomodar la economía de la organización, con ajustes de gastos superfluos y prioridades en los ciclos negativos que logramos con el apoyo de nuestra gente que es lo más importante que tiene la organización.
Es difícil para una empresa subsistir tiempos tan largos como el que logramos nosotros, fue un camino duro con desventuras, pero también grandes alegrías. Hoy la empresa ya la conducen Diego y Alejando, mis hijos, que han formado para hacerlo y han demostrado su capacidad de trabajo, ética moral y capacitación técnica que les permite afrontar los nuevos desafíos con el apoyo de todos nuestros eficientes colaboradores.
GRACIAS a todos los que nos acompañaron y a los que nos acompañan; para llevar adelante esta empresa que amo entrañablemente. “Muchos miran al empresario, como el lobo que hay que abatir, otros lo miran como la vaca que hay que ordeñar, y muy pocos lo miran como el robusto percherón que tira del pesado carro”, frase de Churchill.