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Vacaciones con sabor a Pochoflor
“Yo no me muevo de acá ni loco. Me conocen todos y me gusta”, había contado hace un tiempo a Flores de Papel el famoso pochoclero José Luis Russo, quien ofrece sus delicias hace 41 años en el barrio.
“Yo no me muevo de acá ni loco. Me conocen todos y me gusta”, había contado hace un tiempo a Flores de Papel el famoso pochoclero José Luis Russo, quien ofrece sus delicias hace 41 años en el barrio. Y estas vacaciones de invierno no serán la excepción. Con su clásico carrito lleno de higos turcos acaramelados, manzanas acarameladas, garrapiñadas de almendras y maní y su inigualable pochoclo con “yapa”, estará en Rivadavia 6800 una vez más para el deleite de chicos y grandes.
Confeso apasionado por lo que hace, comenzó vendiendo pochoclos y pirulines con una mesita en la Plaza Flores, en la zona de la calesita a mediados de los ‘70; luego se trasladó a la cuadra de Rivadavia; y terminó en la misma avenida entre Rivera Indarte y Membrillar, donde se lo puede encontrar hace ya 17 años.
¿Pero cuál es su secreto para mantenerse en este negocio por tanto tiempo y con tanto éxito? Sin dudas, los que lo conocen responderán la calidad y la atención. Es que los pochoclos que hace José no son del montón y los vecinos de Flores lo saben, por eso es que hace cuatro décadas los eligen, siendo ya típicos del barrio.
De lo que puede ser considerado un trabajo simple, José hizo un oficio. Él es perfeccionista, busca mantener un nivel. “Cuando yo trabajo me ensimismo. Me quedo en la pochoclera y los chicos atienden, porque quiero que salga el pochoclo como yo quiero”, contaba orgulloso de su especialidad que logra tentar a todos los que pasan cerca de su carrito, cuyo alcance se expande y ahora también llega a la Feria de Las Pulgas en Dorrego y Carabobo.
Dueño de “una técnica que en los cines no tienen”, es elegido por distintas generaciones de familias florenses. Vecinos que antes venían con sus hijos, ahora lo hacen con sus nietos. Incluso tiene clientes que llegan de otros barrios para comprar varias bolsas juntas, porque ya lo conocen y “saben el producto que se llevan”.
Y así como Pochoflor ya es un clásico de Flores, también se transformó en una tradición en la familia Russo. Tanto su hijo, Hernán, como sus nietos, Lucas y Sebastián, trabajaron de ayudantes, aunque siempre con él al lado.
Este invierno, José se pone la campera y el gorro y sale una vez más a la calle a hacer lo que más le gusta, ahora junto a los chicos Erix, Gonzalo y May. Y así, con su carrito repleto de delicias, seguirá sacando sonrisas a los vecinos más golosos.
Para contactarse con Pochoflor puede hacer por Tel al 1169523984 o via Facebook ingresando a PochoFLor