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Se viene el Flores eléctrico
Escribe Natalia Rivarola
En una ciudad colapsada, con problemas de movilidad y donde los autos particulares siguen siendo los privilegiados, los vehículos de transporte eléctrico podrían ser la gran alternativa para desplazarse en distancias cortas. Pueden combinarse con otros medios de transporte, permiten reducir los tiempos de viaje, son ecológicos y de muy bajo costo mensual. Por estos motivos, cada vez son más las personas que los eligen para ir a trabajar o hacer las compras. Una tendencia que de a poco va llegando al barrio.
Para recelo de los ciclistas tradicionales y sorpresa de los peatones, medios de transporte eléctricos comenzaron a aparecer en las ciclovías de las calles José Bonifacio, Culpina, Primera Junta y Pedernera. A las motos y bicicletas eléctricas, que ya están reguladas en el ámbito de la Ciudad, se le sumó otro artefacto que llama especialmente la atención: el monopatín motorizado. Los monopatines eléctricos son chicos, plegables y prácticos para deslizarse evitando embotellamientos, pero oficialmente no existen y, por lo tanto, no deberían circular. Es por eso que frente a este aumento de interés por ellos, la Legislatura porteña avanza con un proyecto para incorporarlos como vehículos al Código de Tránsito y Transporte. Incluso, según anticiparon desde el Gobierno, una vez que se apruebe el proyecto de ley, la Secretaría de Transporte porteña impulsará la “Prueba Piloto de Monopatines Eléctricos de Uso Compartido”, con la participación de varias empresas. Aunque, a diferencia de Ecobici, este sistema será privado y habrá que pagar para usarlos. Las condiciones para que circulen estos nuevos dispositivos de movilidad serán similares a las existentes para bicicletas eléctricas: deberán trasladar sólo a un conductor; contar con motor eléctrico y un sistema de frenos; alcanzar una velocidad máxima de 25 km/h, y tener bocina y luz delantera y trasera. Su conductor deberá usar casco. Ya hay al menos cinco empresas que lo ofrecen como un vehículo de movilidad urbana, con precios de entre $30.000 y $55.000. ¿Por dónde podrán circular? En los tramos con ciclovía o bicisendas deberán ir exclusivamente por ellas. Si no las hay, podrán hacerlo por la calzada de autos y avenidas.
En cuanto a las bicicletas eléctricas, su uso está regulado en la Ciudad desde 2017 pero en los últimos meses pudo notarse un importante crecimiento en la cantidad de estos rodados por las calles, como los que a diario circulan por la Avenida Directorio. Se las conoce como e-bikes y son consideradas como “ciclorodados con pedaleo asistido”. Solamente pueden usarlas mayores de 16 años y se estableció una velocidad máxima de 25 km./h. Llevan una batería de litio, que se recarga en cualquier enchufe tradicional, con una autonomía de entre 3 y 6 horas de uso continuo. Se estima que una carga completa, dependiendo del uso, permite recorrer unos 30 kilómetros. El ahorro económico en el día a día es contundente: según cálculos de Frank e-Bikes, un auto promedio consume $4,5 por kilómetro, mientras que la bicicleta consume $0,0256 (en concepto del gasto de la electricidad que se consume para cargarla). La mayoría cuesta entre $39.000 y $80.000, pero algunos modelos de alta gama pueden alcanzar los $290.000.
Por otro lado, el uso de motos eléctricas viene creciendo ya hace unos años. Silenciosas, sin caño de escape y urbanas, son otra buena opción para el viaje diario al trabajo. No necesitan registro ni pagan patentes. Sólo un seguro de responsabilidad civil. Sin embargo, el precio es uno de los factores que aleja a parte de los potenciales consumidores: su valor va de $60.000 a $125.000. El mismo dependerá del tamaño, amperaje del motor, calidad y autonomía. Por lo general, alcanzan una autonomía de hasta 40 km, con un tiempo de carga de seis horas y velocidad promedio de 40 km/h, ideal para transitar por Flores.
Elegir una u otra opción dependerá de gustos y del bolsillo de cada uno. Pero sin dudas los medios de transporte eléctricos son una buena opción para resolver el problema de la excesiva cantidad de autos en Capital, que además de dificultar el tránsito producen contaminación. Una tendencia mundial que, si bien aún no invadió Flores, ya comienza a llamar la atención de los vecinos.