Hay pinta de cerveza artesanal en Flores

Escribe Santiago Nuñez

Una persona camina por la calle y se da cuenta que tiene los cordones desatados. Está frente a un local vacío, parado en la vereda. Se agacha para atarlos y, cuando se levanta, ya el local había sido transformado en un puesto de venta de cerveza artesanal.

El chiste, simple pero original, circuló y se viralizó vía Twitter y sirvió para mostrar un fenómeno a escala mundial presente más que nunca en la Ciudad de Buenos Aires: hoy hay más de 200 cervecerías artesanales en todo CABA. Lógicamente, este fenómeno no escapa al barrio de Flores.
Flores tiene pinta.

“Se está generando una nueva cultura cervecera y va a durar mucho porque es un buen producto, es barato y, el que tomó cerveza artesanal, no vuelve a tomar una botella de la tradicional”, dice Álvaro, uno de los dueños del almacén de cervezas Grow Up, de Directorio y Rivera Indarte, que, junto con Bierstation (San Pedrito casi esquina Alberdi) inundan Flores de pintas desde el diciembre pasado.
En efecto, hay casi una decena de locales de cerveza artesanal en todo el barrio. Se distinguen por su estilo norteamericano, con palabras en inglés, canillas expendedoras y snacks a la venta. Son decoraciones modernas difíciles de pasar por alto.

La gran mayoría de los productores, dueños o empleados dicen que el fenómeno fue muy bien recibido por los vecinos del barrio. “No había cervecerías en el lugar y la gente tuvo una buena aceptación. Les gustó el local y están contentos”, dice Luciano, trabajador de Bierstation. “Somos del barrio, vivimos a dos cuadras. Los vecinos lo recibieron de manera excelente. Primero no saben bien de qué se trata pero después se copan”, completa Álvaro.

En la misma sintonía, Rodrigo, de la cervecería 11.25 de Carabobo y Directorio, indica que hoy, gracias al fenómeno de la cerveza artesanal, Flores puede ofrecer lo que antes daban otros barrios. “Lugares así nunca hubo en Flores. En mi adolescencia, los lugares copados o de un ambiente distendido, joven y rockero no duraban mucho. Traerle esta posibilidad a la gente de cortarle el viaje a Palermo, a San Telmo o a Caballito para nosotros es una cosa muy movilizadora”.

Artesanal vs. Industrial

Una de las cosas que más resaltan los vendedores o productores de cerveza artesanal es la diversidad y la cantidad de opciones que el producto ofrece. Mientras que la cerveza industrial se queda en uno o dos gustos, la gama de posibilidades que presentan las pintas es muy diferente.

“Es otra cosa, otro sabor. En la cerveza tradicional tenés, por ejemplo, una rubia clásica. En la industria artesanal tenés una rubia más dulce, otra más fuerte, una “IPA” que es más amarga. Hay cerveza negra con cierto gusto a café y cervezas rojas. Existen varios estilos. La gente tiene variedad y le podemos dar de probar lo que ellos quieran”, indica Luciano. “Es parecido a lo que pasó con el vino-expresa Maximiliano, de 11.25-. Antes solamente te servían uno y listo. Ahora, la gente mira si es Cabernet o Malbec y de qué bodega proviene”.

Rodrigo, a su vez, sostiene que la diferencia también está en el efecto provocado, y en el famoso “día después”. “La cerveza industrial te da una resaca que te revienta, las pintas no te destruyen”.

Cervecería o growler

Los locales de cerveza artesanal tienen una gran diferencia entre sí. Algunos son similares a los bares tradicionales, aunque no suelen tener, por ejemplo, servicios de cafetería. Por esto, se ganaron el nombre de “cervecería”, como 11.25. No obstante, también existen los llamados “growlers”, que son lugares a los cuales uno puede ir con un recipiente y recargarlo con el producto, como Grow Up y Bierstation. Algunas cervecerías, igualmente, también ofrecen esta modalidad. “En el sistema de growler nosotros vendemos el bidón con la cerveza y a la persona le queda el envase y, cuando vuelve, se lo vamos recargando”, dice Luciano y agrega Álvaro: “Hay cuatro posibilidades, vendemos dos tipos de botellas descartables y dos de vidrio”

Regulación

Un grupo de legisladores del oficialismo (PRO) decidieron presentar un proyecto de ley para la regulación de la actividad. Daniel del Sol, uno de esos diputados, indicó a Flores de Papel: “Creemos que es prudente hacer un proceso de regulación para acompañar el crecimiento de la actividad. El proyecto contempla la regulación de la venta de cerveza artesanal ya sea en modo de recarga para el consumo del cliente fuera del comercio, la modalidad de cerveza tirada y la cerveza artesanal que ya viene envasada para su expendio. La Ciudad actualmente no tiene una normativa que contemple la actividad”.

Del Sol afirma que el proyecto fue trabajado con actores del sector. Aún no ha sido sancionada la iniciativa.

Esta industria, parece, llegó para quedarse. Su éxito y su duración en el barrio dependerán de la forma en que vaya avanzando el fenómeno en toda la ciudad. O simplemente tendrá que ver con que más gente se agache a atarse los cordones frente a locales vacíos.