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Mitos sobre los árboles en la ciudad

¿Qué es verdad y qué es mentira sobre los árboles de nuestra ciudad? Nahuel Conte nos lo cuenta y desarma algunos mitos que seguro no conocías.

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Escribe Nahuel Conte

Nos hemos quedado mirando los maravillosos colores que nos muestran los árboles en otoño y haremos un repaso sobre algunos mitos que están establecidos en el saber popular sobre ellos.

Primer mito

Todos los árboles levantan la vereda. Esto es parcialmente incorrecto. Dependiendo de la especie, las raíces pueden ser más superficiales (como en el caso del liquidámbar) y eventualmente levantar la vereda, o pueden ser raíces profundas que casi no tienen manifestaciones en la superficie (como el tilo). La extensión de las raíces de un árbol depende no solo de la edad de este, sino también de la profundidad del lugar donde está plantado, la disponibilidad de agua (ya sea superficial o profunda), y los obstáculos que puedan encontrarse en su desarrollo.

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Segundo mito

Las podas pueden realizarse en cualquier fecha. Esto es falso. La fecha recomendada para podar árboles, sobre todo aquellos que dejan caer sus hojas en invierno, es justamente en invierno. Como regla mnemotécnica, la poda de los árboles debe realizarse en los meses que no tienen “r”, es decir: de mayo a agosto. Esto se debe a que los árboles se encuentran en estado de metabolismo muy bajo, sin crecer. Si bien en CABA el gobierno se encarga de las podas, algunas personas toman el asunto entre sus manos (cosa que por cierto está prohibida en el arbolado público) y deciden podar en cualquier momento, algo que no es lo recomendado.

Tercer mito

La orina de los perros hace bien a los árboles . Verdadero, pero con una condición: debe diluirse. La orina contiene principalmente compuestos nitrogenados como la urea, que en concentraciones correctas son fertilizantes de la tierra. Para esto, y para evitar dañar la corteza de los árboles con la acidez de la orina, debe diluirse luego de que nuestro pichicho orine en el árbol.

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Cuarto mito

Nada malo ocurre si se les tira cualquier agua. Como agua con jabón o detergentes u otros productos de limpieza a los árboles como riego. Falso. De hecho, malísimamente mal. El agua con jabón, resto de lavar la vereda, por ejemplo, nunca debe volcarse en canteros o planteras. El agua con detergente interrumpe el flujo normal de agua a través de los vasos internos del árbol, pues se elimina una de las fuerzas encargadas de que el agua suba desde las raíces hacia las hojas, denominada “tensión superficial”. Lo mismo agua con lavandina, que posee elevados niveles de cloro y en el mediano y largo plazo puede resultar perjudicial para los árboles. El agua del aire acondicionado por su parte sí puede utilizarse para los árboles, pues no contiene ningún químico dañino, es agua que condensa del ambiente; como plus para ayudar con el riego en los veranos muy cálidos es excelente.

Quinto mito

No pasa nada malo si se remueven las hojas que caen del árbol en otoño. Falso. Si bien para algunas personas puede resultar antiestético que haya hojas bajo los árboles, lo cierto es que es una parte importante del ciclo de algunos nutrientes esenciales para las plantas, además de ser la hojarasca hábitat de múltiples especies de animales, principalmente artrópodos (insectos, arácnidos y cochinillas de humedad, etc.). Las hojas en otoño sí deben removerse de las veredas y calles, pero en la medida de lo posible, deben reponerse a los canteros y planteras para que el ciclo de los nutrientes quede lo menos afectado posible; mismo en plazas y parques (esto como comentario de concientización), no deben soplarse las hojas y recogerlas, sino dejarlas como parte del abono natural de la tierra.

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