Mi gran llave

Escribe Marita Cristoforetti
Así es como elijo titular esta nota referida a los 20 años que cumple Flores de Papel, el periódico de Flores, y también mi primer trabajo en esta hermosa profesión que me abrió innumerables caminos y me llenó de grandes experiencias.

Recuerdo que luego de haber cursado los cinco años de mi Licenciatura en Ciencias de la Comunicación Social comencé a buscar trabajo, un espacio donde soltar mis dedos ávidos por la escritura y el periodismo. De esta manera diariamente dejaba mi currículum tanto en los grandes medios como en los pequeños, incluso me animé a “timbrear” y así conocí a Roberto D’Anna (o Rober como lo llamo o Roby como se hace llamar), quien sin conocerme confió en mí y me brindó mi primera posibilidad de llenar una página en blanco que posteriormente, como por arte de magia, sería publicada en formato diario.
Fueron unos hermosos años de trabajo y aprendizaje donde conocí y entrevisté a muchos de los personajes de Flores; recorrí sus calles y plazas, visité sus casas antiguas y tomé varios cafés en bares que lamentablemente ya no existen; también conté muchas historias y otras las inventé. Incluso vi a mi barrio crecer con la llegada del subte A luego de recorrer en “exclusiva” sus instalaciones junto a mi “jefe”.

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En Flores nací, estudié, me recibí y tuve mi primer trabajo; después de una “breve infidelidad”, volví a apostar al barrio y hoy, con unos cuantos años más, mucha experiencia y afortunadamente como editora y periodista científica de una Editorial propia, formé una familia y mi hija camina sus calles, asiste al colegio, va al club y se divierte en sus plazas.
Cuando mi amigo Rober me pidió que redactara un par de líneas en conmemoración por los 20 años de Flores de Papel y qué representa este periódico para mí, mi mente se inundó de bellos recuerdos que sinceramente no me alcanzan los dedos para escribir. Es un orgullo que exista un medio que se preocupe por contar y preservar la historia del barrio, que dé a conocer las experiencias de sus vecinos, que informe y se aggiorne a los tiempos que corren, incluso que aún ante las diferentes crisis que acontecieron en estas dos décadas es un logro que jamás haya discontinuado sus ediciones. Flores de Papel fue “mi gran llave” para formarme y crecer profesionalmente; me resta sólo agradecer la posibilidad que me dio para trabajar de lo que amo y aún mantengo intacta la emoción que sentí al ver mi primera nota publicada en sus páginas.