Los vecinos contra los parquímetros

Escribe Dra. Natalia Rivarola

En el contexto de crisis económica que vivimos, pagar el costo de la nafta, seguro, patente, VTV y gastos de mantenimiento de un auto se convirtió para muchos vecinos en una tarea por demás complicada. Por esta razón, a pesar de la inseguridad, son cada vez más los que resignan el garaje para dejar el vehículo en la calle. Pero este “alivio” al bolsillo llegaría a su fin en los próximos meses, cuando el Gobierno porteño finalmente lleve a cabo su plan de inundar los barrios, entre ellos Flores, con parquímetros.

Así, estacionar en la vía pública costaría alrededor de $25 por hora. Pero al cierre de esta edición organizaciones y vecinos se preparaban para dar pelea y versiones de posibles cambios en el proyecto comenzaron a circular.

Flores será uno de los barrios más afectados por esta nueva herramienta recaudatoria, especialmente en las zonas norte y centro. El proyecto viene de larga data, pero no se pudo implementar antes gracias a que fue frenado por amparos, modificaciones y apelaciones. Pero el año pasado finalmente Horacio Rodríguez Larreta consiguió el visto bueno de la Justicia y por eso ya fue incluido en el presupuesto 2020. El mismo prevé gastar 611 millones de pesos en máquinas de estacionamiento medido inteligentes para que los vecinos de la Ciudad paguen por estacionar en 1 de cada 4 lugares de la vía pública. Se pasará de 4.000 parquímetros a más 80.000 y habrá estacionamiento pago en 13 de las 15 Comunas.

Pero a pesar de que el Gobierno porteño ya está habilitado para avanzar con el plan, quienes no están de acuerdo no piensan quedarse de brazos cruzados. Al cierre de esta edición, organizaciones sociales y de comerciantes planeaban denunciar el proyecto oficialista que parquimetrizará los barrios en la audiencia pública del 7 de febrero convocada por el jefe de Gobierno para analizar el aumento de la tarifa de los parquímetros. La misma se realizará en la sede de la Comuna 1, en Humberto I 250, y no es vinculante, sino más bien se trata de casi un trámite formal para que el gobierno concrete su plan de llevar el estacionamiento callejero de $15 a $25 la hora, lo que representa un aumento del 66 %.

Dicho trámite será aprovechado por el Movimiento Comunero, integrantes de Asociación Trabajadores del Estado (ATE) Germán Abdala, organizaciones vecinales y de comerciantes, quienes tratarán de hacerse oír. Según denuncian, llevar los parquímetros a casi todos los barrios es una medida que tomó el oficialismo avasallando competencias de las Comunas, no con la finalidad de ordenar el tránsito sino con un fin recaudatorio que complicará la vida de los vecinos y afectará gravemente a los comercios. Además, advierten que se expandirá uno de los grandes negocios en la Ciudad: el acarreo de vehículos, hoy en manos de dos empresas privadas que pagan un canon irrisorio de 55 mil pesos mensuales, para recaudar alrededor de 12,5 millones por mes cada una, mientras el Estado se hace cargo de los sueldos de los agentes y aporta las playas de acarreo.

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No hay dudas de que la instalación de parquímetros le traerá grandes dolores de cabeza a los vecinos, quienes si bien podrán estacionar en un radio de 300 metros de su domicilio sin pagar, para ello, y suponiendo que encuentren lugar, tendrán que tener la dirección actualizada, no tener multas impagas y la patente al día. Pero el proyecto también complicará a los comercios de la zona. Según explicó a Página12 Julio Hadad, integrante de la organización Comercios Activos, “los parquímetros espantan clientes”. “Es importante modernizar y generar mejoras en cuanto al estacionamiento y el flujo de tránsito, pero está probado que en los barrios donde hay parquímetros se perjudica a los comercios porque los clientes eligen barrios donde no tienen que pagar para estacionar”, sostuvo.

Sin embargo, el panorama que mantiene en alerta a los vecinos podría cambiar. En los últimos días comenzó a circular que habría modificaciones en el proyecto y que el número de parquímetros que se colocarán en las calles se reduciría a la mitad y en menos zonas de las que estaban previstas. Según La Nación, se instalarían más en el casco histórico, el microcentro y el corredor norte de la ciudad, mientras que no llegarían a los barrios del sur ni a los de las zonas centro y oeste. Aunque las grúas de acarreo sí estarían desplegadas en toda la Capital. Estos cambios en el plan, de los cuales no hay confirmación oficial, tendrían el fin de reducir el impacto en los vecinos para no generar un malestar excesivo.

Según las empresas involucradas en el proceso licitatorio, los contratos se firmarían en abril, y en septiembre el nuevo sistema debería dar sus primeros pasos. Aunque, luego de seis años en los que la regulación no logró avanzar y la jornada movida que se espera para la audiencia del 7 de febrero, nada parece estar confirmado.