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Historia

Las pequeñas y extrañas torres de Curapaligüe

Escribe Hernán Vizzari

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Escribe Hernán Vizzari

La CIAE o Compañía Ítalo-Argentina de Electricidad, comenzó a funcionar en el año 1912, su fundador el avispado empresario italiano Juan Carossio, le trasmitió su impronta a una compañía que buscaba abrirse paso en el abastecimiento eléctrico en la ciudad de Buenos Aires.

Tanta era la demanda por ese tiempo, la ciudad crecía a pasos agigantados y por ende esos nuevos habitantes necesitaban electricidad. Allí es donde Carossio aprovechó y logró obtener una envidiable concesión para el suministro eléctrico hasta los años 60. Antiguamente, la electricidad estaba monopolizada por la Compañía Alemana Transatlántica de Electricidad o CATE.

Una de las características de los edificios que construía Carossio era de estilo italiano. ¿Para qué? Para que todos los inmigrantes italianos se sintieran como en casa. Este desafío le fue encomendado al arquitecto Giovanni Chiogna, quien lo ejecutó con maestría.

A nivel comercial de la CIAE se fijó el objetivo de proveer el pequeño consumo de casas de familias. Especialmente, la de los inmigrantes italianos. Sus operaciones se diversificaron a través de pequeñas plantas que se encargaban de distribuir la electricidad a las casas y que debían estar ubicadas en la mayor cantidad de barrios posibles e ir abarcando toda la ciudad.

Además de su usina central, la Ítalo le encargó al arquitecto Chiogna construir otras seis sub-usinas secundarias, pequeñas estaciones estáticas de apoyo y otras pequeñas subestaciones como las de Yerbal al 1700 y otra en Cipolletti al 500, de nuestro querido barrio.

Por eso cuando caminen por Curapaligüe y Directorio hay dos extrañas torrecitas de ventilación con el logo de la CIAE, estas corresponden a una cámara transformadora subterránea. Otra muestra de la gran obra de Carossio y como lo había previsto, la compañía llegó a dominar el suministro de la electricidad y sus castillos dignos de la ciudad de Milán se convirtieron en marcas visibles de la Ítalo-Argentina en toda la ciudad. Poco a poco esta compañía se fue desmoronando, hasta que a fines de los 70 fue estatizada y luego, en los 90, privatizada.

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