La soprano Anra Chung y el maestro del Colón, Iván Rutkauskas, brillaron en la Basílica de Flores

Escribe Roberto D´Anna

La presentación del concierto estuvo a cargo del Padre Martín Bourdieu, quien junto a toda la Comunidad de la Basílica realizan un trabajo cotidiano en función de tener un barrio cada día con más cultura y más solidaridad. La cultura sana.

Una gran cantidad de público, de diversas edades siguió la presentación con atención y entusiasmo. Flores de Papel estuvo presente en el evento y dialogó con el comunero Julián Cappa, responsable del Área de Cultura de la Junta Comunal N° 7, quien trabaja para acercar estas iniciativas a la ciudadanía de Flores y barrios vecinos.

– ¿Cómo surgió la idea de incluir un concierto de este nivel?
– Desde el Área de Cultura de la Junta Comunal N° 7, que está a mi cargo, tenemos la firme convicción de hacer de la Comuna 7 un Polo Cultural con proyección turística. Hablamos de Cultura de calidad. Lo que decíamos en aquella campaña de 2019, pese a haber perdido las elecciones comunales, tratamos de sostenerlo con estas acciones. ¿Sólo en el centro de la ciudad puede haber música clásica? ¿Tiene que ser sólo para quienes puedan pagarla? Claramente no.

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– Anra Chung, ¿es vecina de Flores?
– Sí. Ella es una gran soprano florense. Nacida en Corea, reside en nuestro barrio de Flores desde 1984.

– La idea de transportar un piano hasta la Basílica no fue una tarea sencilla….
– Para nada. Ahí pudimos lograrlo por el trabajo en equipo. En primer lugar, la generosidad del gran maestro Iván Rutkauskas y la propia Anra; luego, la predisposición del Párroco de la San José, Martín Bourdieu, y toda la Comunidad, que nos acompañó en el momento de ingreso del piano, que fue unas siete horas antes del Concierto, y en el ensayo previo. También la dedicación del “Transporte de pianos Richard”, y del maestro afinador Marco Antonio Naya. El menor movimiento de traslado del piano genera desafinación. Por ello, la presencia de Marco, que se quedó hasta el final de la presentación, fue vital.

– ¿Cómo fue la respuesta del vecindario, un sábado a la noche?
– La respuesta fue más que positiva: logramos 150 asistentes promedio. La precisión en la cifra se desprende de los programas de mano impresos que repartimos. Hubo personas de todas las edades, algunos avezados en la música clásica, y otras y otros que debutaban en el género. Para la mayoría, fue la primera vez de escuchar música tradicional coreana en vivo, con toda la energía que eso implica. Claro que también hubo una importante presencia de la comunidad coreana florense. Se valoró mucho la presencia de una cantante sensible y precisa como Anra, y de pianista tan dúctil y talentoso como Iván Rutkauskas, maestro del Teatro Colón de Buenos Aires.

– Al final, se notó que el público valoró lo que se le ofrecía.
– Así es. Una curiosidad: al final del Concierto, pude hablar con gente que había venido de Almagro, de Floresta, de Caballito y de Ciudad Evita. Muchos de ellos terminaron tomando café en las cercanías de la Basílica. Digo esto, porque, en una escala mínima, es la muestra de la capacidad potencial que tiene la cultura para ayudar, además de lo espiritual, a la economía cotidiana de los barrios. Un concierto gratuito: ¿A cuánta gente dio trabajo? Renglón aparte: era una noche de mucha oferta musical en AMBA. En La Plata, para quienes gustan del rock, se presentaba “La Renga”; y en Palermo, la histórica banda “Metálica”. Hay quienes creen que los públicos son diferentes y no se mezclan; a mí la experiencia me indica que no es así, siempre hay cruces y puentes, y por eso quedamos doblemente conformes con la respuesta del público.

– ¿Pensas que un evento de este nivel tendría que haber sido mejor comunicado?
– Es una pregunta recurrente en el mundo de la Cultura. Uno tiende a creer más en la construcción a mediano y largo plazo. Nosotros hicimos nuestro máximo esfuerzo, con las herramientas que tenemos. Otro tanto la Basílica. Y valoramos el apoyo de medios como Flores de Papel que siempre se acercan a cubrir estos eventos. Faltaría quizás, que desde la centralidad del Gobierno de la Ciudad se apoye con más firmeza la difusión de este tipo de espectáculos. Pero a medida que concluye la pandemia, se va retomando la actividad artística, y el público va registrando dónde y cuándo se concentran las actividades. Hace un año, este Concierto hubiese sido impensable, por los cuidados que necesitábamos mantener.

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– A falta de teatros o grandes espacios, en los últimos meses, la Basílica se transformó en un templo gratuito de música de alta calidad. Eso también sucede en otros templos, como el evangélico de Alberdi y Bonorino. ¿Sostenes esa idea?
– Por su historia y por su presente, y en eso la labor del Padre Martín viene resultando central, sin dudas la Basílica San José de Flores es una de las referencias culturales de nuestro barrio y nuestra Comuna, de manera tal que excede lo meramente religioso. Y lo digo como creyente, pero pensando siempre en tender puentes. Hay también numerosas instituciones, públicas y privadas, que están haciendo una gran tarea en dar lugar a eventos artísticos y culturales de calidad. No voy a nombrar a ninguna, porque la lista es larga, y no quiere omitir a nadie.