La importante labor de los Misioneros de la Consolata en Bonifacio y Pumacahua

En esta esquina, también celebran en comunidad las alegrías de la Iglesia misionera que en estos días los embarga la noticia alegre del Fundador de los Misioneros y misioneras de la Consolata; el Padre José Allamano, Beatificado por Juan Pablo II en 1990, quien será Canonizado el 20 de octubre –Día de las Misiones en la Iglesia Católica– por el Papa Francisco.

Pero, ¿quién ha sido José Allamano? El Beato José Allamano era de una familia del campo, religiosamente educada y vocacionalmente cultivada para el servicio, humilde y trabajadora, sin lujos, pero con dignidad y un alto concepto de la familia cristiana. Fue el cuarto de cinco hijos. A los tres años quedó huérfano de padre. Su madre, Doña Mariana Cafasso, y su tío materno José Cafasso tuvieron un papel fundamental en su formación; con el tiempo proclamado santo.

La interacción entre casa, campo y educación; conforman un nicho cultural, en el cual se interiorizan valores religiosos, sociales, culturales y políticos que sirven de plataforma para la vida, de José Allamano que nació en 1851 en Castelnuovo d’Asti, hoy Piamonte de Turín. La familia se trasladó a Valdocco, allí José Allamano, conoció dos personas que influyeron en su vida, su maestra Benedetta Savio y su confesor y director espiritual, Don Bosco.

Continúa el rechazo vecinal por una cárcel en el bajo autopista

Allamano ingresó al Seminario Diocesano de Turín y fue ordenado sacerdote el 20 de septiembre de 1873. Ordenado sacerdote fue nombrado confesor del Seminario y en 1880, rector del Santuario de la Consolata y se dedicó a la restauración estructural y espiritual del mismo y recuperó el convictorio eclesiástico para jóvenes aspirantes al sacerdocio. Su compañero Santiago Camisassa fue de gran ayuda para estas obras. El beato José Allamano, junto al Santuario de Nuestra Señora de la Consolata en Turín (Italia); fundó esta Congregación el 29 de enero de 1901. Nueve años más tarde, vio la necesidad de la presencia femenina, y así queda constituida la Familia Misionera de Sacerdotes, Hermanos y Hermanas de la Consolata.

Después de un largo trabajo pastoral en la formación de sacerdotes, promoción humana y misionera; muere en Turín el 16 de febrero de 1926. Fue beatificado por San Juan Pablo II el 7 de octubre de 1990.

En 1947 los Misioneros de la Consolata llegan a la Argentina. Actualmente están presentes en Buenos Aires Capital; en Merlo, Provincia de Buenos Aires; en Mendoza, San Juan, en San Salvador de Jujuy y en Yuto, Provincia de Jujuy; atendiendo las periferias urbanas, los pueblos originarios, en la educación y promoción humana, y en la animación juvenil y misionera. Al día de hoy, los Misioneros de la Consolata están presentes en 29 países, en cuatro continentes, dando continuidad a la herencia del Beato José Allamano.

El Museo suma una tercera obra de la famosa acuarelista Lola Frexas

En el Barrio de San José de Flores, están a más de 50 años; lugar que alberga muchas historias que han ayudado a una comunidad en busca de su realización personal y comunitaria. Los Misioneros de la Consolata, hoy como siempre dan a conocer la Fe desde el Evangelio, viviendo en comunidad y su característica de interculturalidad.

El próximo domingo 20 de octubre, en el Vaticano, el Papa Francisco, vecino de Flores, canonizará en una solemne Misa al Beato José Allamano. Y el sábado 26 de octubre a las 19:00h, en la Capilla de José Bonifacio y Pumacahua 302, celebrarán una Misa de Acción de Gracias, presidida por Mons. Pedro Canavo, obispo auxiliar de Bs. As. a la que se invita al vecindario.