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Incendio, obras y otras yerbas en el Mariano Castex
Luego de un año de producido el incendio en las torres del Bajo Flores hay una cantidad de obras faltantes en el lugar. Si bien durante septiembre avanzó la “puesta en valor”, aún quedan muchas deudas pendientes con el complejo.
Escribe Santiago Nuñez
En la torre 4 del complejo ubicada en Crisóstomo Álvarez 2582 hay una lona negra grande que cubre muy poco. El alambrado está caído. Las paredes contienen ladrillos sin pintar. Sobre una de ellas se posa una escalera doble de trabajo en construcción, en la que no hay nadie. En ambos lados de los balcones hay manchas negras que recuerdan el olor a quemado que había en la madrugada del 23 de julio del 2016, cuando en el primer piso se produjo la explosión que provocó un incendio en el barrio Mariano Castex, fruto de una pérdida de gas generada en el primer piso. Hubo una víctima fatal y 17 heridos.
Leandro, chofer de camiones en días de franco y uno de los integrantes de la administración del complejo, dice que esta escena es parte de un conjunto de obras atrasadas con respecto al siniestro producido hace ya más de un año. El tema del gas, por ejemplo, pareciera no estar resuelto. “Acá -indica Leandro- hay comprobadas pérdidas de presión de gas” y agrega: “Todas las instalaciones deben estar resentidas. Las de agua van reventando no por los años sino por la estructura.” Falta pintura, las ventanas siguen rotas, las paredes en proceso de construcción y el edificio lejos está de poder habitarse en un 100%.
El incendio se produjo en la madrugada del día 23 de julio de 2016. El incidente doméstico estuvo relacionado con una hornalla u horno prendido durante la noche, que devino en explosión. La situación fue muy trágica, al punto de que en hasta al Hospital Piñero, lindero al complejo, llegaron las repercusiones. “Eran las 3 de la mañana -recuerda Leandro-, yo estaba detrás de esta torre. Escuché la vibración de las rejas. Desde el Hospital la gente estaba gritando, pidiendo ayuda. Yo veía el resplandor de la luz y estaba todavía atontado. La gente se tiraba”.
Según señala el reporte de la Defensoría del Pueblo, el desalojo total del complejo se produjo con déficits. Por ejemplo, a la gente se le ofreció ir a paradores, en lugar de a hoteles. El edificio se evacuó y durante seis meses estuvo prácticamente vacío. “Yo me tuve que ir a la casa de mi hija”, explica Arroyo, habitante de la torre cuatro. Varios de los vecinos siguen afuera y algunos en estos meses están volviendo.
Puesta en Valor
El Barrio Mariano Castex tiene nueve monoblocks de cuatro pisos y ocho torres de más de trece. Fue planificado en el año 1969 y construido a lo largo de la década de 1970. En septiembre de 2009, la Legislatura aprobó la Ley 3199 para que se lleve adelante la puesta en valor del lugar, a través del Instituto de la Vivienda de la Ciudad (IVC).
Los vecinos consideran que, durante varios años, esta resolución nunca fue llevada adelante. Sin embargo, durante septiembre, la cosa comenzó a cambiar, al menos un poco. Empezaron a levantarse los senderos y algunos de los edificios se pintaron. “Hay un obras nuevas”, dice, un poco más contento que meses atrás, Leandro y agrega: “Los vecinos de Flores, si nos ponemos de acuerdo, podemos ser modelo en lograr vivir como la gente”. Desde la administración del IVC se comunicaron con los vecinos del barrio y les ofrecieron microcréditos para refaccionar los departamentos.
El levantamiento de los senderos, que comenzó en los últimos días, resulta una obra importante puesto que, el día del incendio, tanto el carro de los bomberos como las ambulancias del SAME debieron quedar afuera por la falta de rampas de acceso al complejo, según el informe realizado por la Defensoría del Pueblo. Sin este arreglo, ninguno de esos vehículos podría circular por el barrio.
No obstante los vecinos no se confían, puesto que aún faltan muchas tareas por realizar. “Acá debe haber algo intensivo, durante 40 años no vino nadie de la institución”, comenta Leandro. El alumbrado público no entra al lugar, cuando hay lluvias fuertes se llenan de barro las calles internas, no hay enrejado. Por otro lado, las persianas tienen muchos años de antigüedad y están hechas de madera. El lugar tampoco tiene señalización.
Por último, los vecinos han avanzado en la petición de una de las obras que consideran más importantes del barrio. “Estamos viendo de hacer un expediente para hacer una plaza más”, afirman. El lugar de recreación para los chicos, claramente, no está en buenas condiciones. “Parece Chernobyl”, cuestiona Leandro, mientras señala un segmento de pasto sin cortar vacío. Allí hay una hamaca de cuero negro sostenida por cadenas oxidadas sobre el barro húmedo con botellas de plástico tiradas. Los pasamanos están despintados y forman un arco sobre la tierra pelada. “¿A vos te parece –pregunta Leandro- que un chico puede ser feliz acá?”.