El descenso de Flores

Escribe Roberto D`Anna

Sin pretender exagerar, creo que Flores vivió en estos últimos 30 días los peores momentos como barrio con 210 años de historia. Y de ahí me tomaré la licencia para compararlo con el fútbol: Flores ha descendido. Aquel equipo grande que junto a Belgrano fueron los más importantes de la Liga Capitalina allá lejos, en el siglo XIX, hoy sufre la decadencia, el miedo en sus calles y la tristeza en su gente.

De nada servirá arreglar sus plazas, sus veredas, pintar el frente de un colegio o sacar a los manteros de Rivadavia. Para que Flores vuelva a ascender y jugar en Primera se necesita de otra gente, de aquellas personas que aman el barrio y que no lo ven como una oportunidad o un paso en su carrera.

En estas páginas observamos cómo nuestro barrio “dejó” en manos de sus representantes (dígase “Comuneros”) el manejo total de sus calles. Se los eligió dentro de una sábana enorme, de dos o tres plazas, sin conocerlos en su mayoría. Y ahora que las “papas queman” y se los invita a aparecer, ellos duermen como osos que hibernan en invierno. Es así la política. Les gusta sacarse una foto con Panam o con Adriana y el Sapo Pepe, pero les incomoda acompañar a los vecinos por la muerte de otros pares, de los que dicen ser amigos. Vale aclarar que Pascual Mollo (el primero de los asesinados, hasta hoy impunemente) fue “fogoneado” por el presidente de la Comuna para que arme un centro comercial útil a los intereses de la misma.

Hoy Flores está en Primera B. De eso no hay dudas. Nadie soporta tantas tapas de diarios nacionales, tantos minutos de televisión en contra, tantas portadas en Internet.

Desde este lugar creo que podremos subir, si nos empezamos a mover y a activar con presencia y compromiso, y no sólo clickeando un “Me gusta”.

Y para eso necesitamos construir otro barrio más seguro y confiable, con ideas que tengan fuerza.

No alcanza que nos manden cientos de policías sin una estrategia; debemos exigir y trabajar unidos, en equipo, para aportar y sumar cada uno desde un lugar.

Hoy, nuestras propiedades valen menos. Nuestros negocios valen menos. Nosotros valemos menos. Por años, nos dejamos estar y nuestra cotización cayó.

Soy positivo, confío en sus jugadores (vecinos) y digo que podemos levantarnos y ascender. No de un día para otro. Tendremos que ganar varios partidos en un campeonato largo y duro. Puede llevarnos años. Se cae rápido de una montaña pero se tarda más en subir.

Creo que esta vez nos dimos cuenta que nos pueden matar a un abuelo o a un hijo y por eso salimos a la calle. Por eso dijimos “basta”. Ahora hay que armar un equipo de valientes. Un equipo de hombres y mujeres de todas las edades que hagan historia. Necesitamos que aparezcan vecinos activos en Flores al Norte, Centro y Sur, y que lideren y motiven a otros desde su lugar, sin importar banderas políticas. Falta mucho para votar nuevamente (2019) y elegir a nuestros siete comuneros. Paciencia.

Hoy todos llevamos una misma camiseta, la del equipo de nuestros amores: San José de Flores.

Eso debe impulsarnos a salir a jugar en serio. Elegimos este equipo en el que jugaban quizás nuestros abuelos. Este torneo no lo dejaremos jugar solos en Primera B. Lo vamos a ascender. Cueste lo que cueste.

Para ello nos reuniremos y alimentaremos el mapa del delito censando talleres clandestinos, lugares de venta de droga, casas tomadas, trata de personas, prostitución callejera. Queremos caminar cómodos por nuestras calles. Así de simple. Denunciaremos con papeles y pruebas la corrupción y la ilegalidad.

Debemos ganar como barrio y como sociedad. No permitiremos que unos “vivos” se queden con nuestro barrio. No lo haremos. Vamos Flores. ¡Despiértate y anda!