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César Aira: el autor florense que pudo ser Premio Nobel 2016

Fue finalista del Man Booker y Patti Smith reseñó uno de sus libros. Llegó al puesto ocho en algunos rankings mundiales de apuestas. 

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Quizás uno de los éxitos mayores del Premio Nobel de Literatura esté en la enorme capacidad que tiene para generar especulación. Casas de apuestas, twitts, notas en los diarios: todo el mundo tiene su candidato y juega a adivinar. Contra las ideas más comunes, los apostadores no están tan lejos: el año pasado unos días antes de la elección, en la casa inglesa Ladbrokes ganaba la bielorrusa Svetlana Alexievich, que se quedó con el premio.

Hay escritores que todos los años suenan: Haruki Murakami, por ejemplo, o Philip Roth. ¿Y de los argentinos? Los últimos años antes de su muerte, el nombre de Juan Gelman llegó a los rankings. En 2007 le habían dado el Cervantes y esa distinción lo puso en el mapa grande de los “candidatos”; se dice que el Cervantes es algo así como la antesala al Nobel para los autores de nuestra lengua.

Pero Gelman no es el único de los argentinos que sonaba para romper esa anomalía de país literario sin Nobel de Literatura. Del último tiempo a esta parte, los apostadores le pusieron fichas a un argentino: César Aira que tuvo el puesto número 8 en Nicer Odds, un sitio que reúne información de casas de apuestas y el 14 en Ladbrokes, la casa de apuestas que suele seguir el tema. Encabezaba el keniata Ngugi Wa Thiong’o, seguido por –cómo no– Murakami, el sirio Adunis y el estadounidense Philip Roth. Pero finalmente Bob Dylan ganó el Premio Nobel de la Literatura 2016. Ante una polèmica mundial, el músico recibe el galardón por sus expresiones poéticas de tradición americana

El de Aira por supuesto no es un rostro identificable por las multitudes pero su obra es enorme y ha hecho un tajo en la literatura argentina del presente.

Nacido en Coronel Pringles en 1949, vive en Flores (en la calle Bonorino) desde los 18 años y se ha dedicado durante toda su vida a trabajos editoriales, en general ocultos o silenciosos, como la traducción y la recomendación de libros. En la década del 70 publicó su primer libro, Moreira, hoy inconseguible, y ya en los años 80 empezaría a publicar con frecuencia. De los 80 son algunas de sus novelas voluminosas, como Ema, la cautivaCanto Castrato o Una novela china.

Pero en los años 90 Aira da un vuelco y descubre una fórmula, lo que se suele llamar un “procedimiento”. A partir de ahí empieza a publicar novelas cada vez mas breves, que él llama “novelitas”, con una frecuencia de infarto: ha llegado a publicar seis novelitas en un año. Suele decir, con gusto por la paradoja y los juegos mentales, que es uno de los escritores argentinos que menos escribe: una paginita diaria en algún bar de nuestro barrio, y con eso hace cuatro novelas por año de ochenta páginas.

Sus libros manejan al mismo tiempo un nivel alto de reflexión sobre la práctica de la escritura y un grado a veces más concentrado y a veces más diluido de delirio. Su prosa es transparente: explica que el único modo de contar historias con tantas peripecias es con un lenguaje llano y accesible.

En el nuevo siglo Aira, que ya venía siendo valorado por la academia argentina, explotó a nivel internacional. Sus libros no paran de traducirse a casi todas las lenguas y rompió uno de los cercos más rígidos con su entrada triunfal al mercado norteamericano. La gran editorial New Directons publicó catorce novelas suyas y su último trabajo, El cerebro musical, fue reseñado por Patti Smith a doble página en el New York Times: más no se puede pedir.

En Francia tiene más de quince libros publicados, lo mismo en Alemania e Italia. Su política editorial es otra rareza: durante los últimos veinte años, publicó mucho en editoriales pequeñas de la Argentina, regalando los derechos y hasta fue silenciosamente, pasando desapercibido a la presentación del primer libro de nuestro director, Roberto D`Anna, con quien los une una relación cordial de muchísimos años.

Ahora, además, le llegan los premios: fue finalista del Man Booker Internacional y ganó el Manuel Rojas de Chile (60 mil dólares) y el Roger Caillois en Francia.

¿Es César Aira un escritor del perfil del Nobel? Todo indica que no. No tiene participación política ni se lo puede considerar un intelectual humanista según lo piensa la Academia Sueca (alguien como Mario Vargas Llosa). Sin embargo, escribió casi un centenar de libros y es un temblor que cambió nuestra literatura. Esa debería ser razón suficiente.

(Fuente: Clarín. Archivo Flores de Papel).

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