Cecilia Rossetto: “Cada tanto vuelvo a caminar por Rivadavia”

Escribe Santiago Nuñez

Flores, dicen los que saben, es una cuna del arte y la cultura de la Ciudad. Barrio de escritores, actores, pintores, poetas y mucho más. Por sus calles caminaron Roberto Arlt, Hugo del Carril, Alfonsina Storni, Libertad Lamarque, Witold Gombrowicz. En sus bares toma café César Aira. Sus plazas son escenario de una infinidad de relatos.

No sorprende, entonces, saber que una cantante y actriz de cine, televisión y teatro de enorme trayectoria caminó por las veredas del barrio. Cecilia Rossetto, hija del campeón nacional de ajedrez Héctor Rossetto, ha participado en innumerables series de TV, desde 1977 con la reconocida Niní Marshall hasta Un Gallo para un Esculapio el año pasado. Tuvo participaciones actorales en siete países del mundo y ha sido galardonada con más de veinte premios por su profesión.

Con setenta años cumplidos, la actriz se mantiene en actividad plena. Por su permanente rutina laboral, Rossetto responde a las preguntas vía mail, pero logra hacerse el tiempo para una entrevista con Flores de Papel. Allí recuerda su infancia en el barrio, comenta acerca de los mejores momentos de su carrera, se contenta por los avances de las mujeres en los ámbitos artísticos y expone cómo el arte tiene relación con la política.

Pasado y presente
“Ahora me tomaré vacaciones, fueron meses de arduo trabajo”, afirma, luego de describir en qué consiste su última producción, con viaje a Europa incluido: “Acabo de terminar la grabación de una serie para la Paramount en coproducción con España. Se titula Atrapar a un ladrón y cuenta con un elenco de excepción: Pablo Echarri, Alexandra Jiménez, Daniel Fanego, Luis Machín, Roberto Carnaghi, Mónica Antonopulos y Jorge Marrale, entre otros. Se estrena este año en varios países de Europa y luego la emitirá Telefé”.
Rossetto recuerda, luego de delinear su presente, cómo fue su pasado. Se inclina decididamente por tres momentos, si tuviera que resumir su carrera: “Mis estudios en la Escuela Nacional de Arte Dramático”, son su primera opción y la explicación es clara: “Allí conocí y compartí con los más prestigiosos maestros de nuestro país”.

En segundo lugar, destaca el premio a la “Mejor Actriz de Barcelona”, entregado por la Crítica Catalana en 1992 y 1995. Por último, pero no necesariamente con menor importancia, la actriz coloca sus “espectáculos unipersonales” de mediados y fines de la década del setenta. No solamente porque fueron un salto a la fama y a la “popularidad”, sino también por el contexto histórico y político de aquel momento: “Fue el único camino que encontré durante la oscura dictadura militar”.

Política y rol de la mujer
“Todo es política, mi amigo”, afirma tajante. Su disciplina, en sí misma, no está completa si no tiene un contenido de fondo que la respalde. “Jamás me interesó ´el arte por el arte mismo´. Ni siquiera a los 14 años cuando inicié mis estudios teatrales. Siempre me identifiqué con las transformaciones sociales que ayudaran al pueblo a mejorar sus condiciones de vida y me involucré en ello”. En ese sentido, Rossetto destaca los avances que ha tenido el movimiento de mujeres, no solamente en el ámbito cultural sino también en otros: “Las mujeres han adquirido un protagonismo creativo fabuloso en todas las artes y las ciencias y agradecemos apasionadamente su inclusión”.

Su relación con la política ha sido mirada de reojo por algunos analistas que consideran negativo el vínculo de esta materia con el arte. En un programa de televisión, una famosa conductora le reprochó la defensa que Rossetto hacía de Cuba y los ideales del comunismo. Pero esas cosas la artista las recuerda con gracia: “¿No sos muy joven-pregunta, interpelando al periodista- para creer que Mirtha Legrand tiene estatura para hacer algún planteo?”.

Flores
Si bien Rossetto nació en la ciudad bonaerense de 9 de Julio, ya a los tres años aparecía por el barrio. Vivía en Curapaligue y Av. Eva Perón y realizó la primaria en la escuela República Oriental del Uruguay, en Av. Carabobo y Juan B Alberdi.

La actriz recuerda sus días en Flores: “Durante mucho tiempo mis salidas se limitaban a los alrededores de la Plaza Flores. Por allí iba al cine y visitaba sus galerías. En una de ellas compré mis primeros zapatos de tacón. Luego inicié mis estudios en el Normal 8 de la calle Rioja y, simultáneamente, en la Escuela Municipal de Arte Dramático en las instalaciones del Instituto Labardén en Av. Garay y Solís. Estas ubicaciones geográficas me alejaron del barrio y los estudios me trajeron nuevas amistades” Afirma Rosseto que el barrio ha “cambiado mucho la fisonomía”, debido a “las crisis económicas”. Eso llevó a la actriz a cambiar sus lugares de tránsito: “Ahora vivo en Caballito y mi paseo natural es el Parque Centenario”. No obstante, si bien ya no lo frecuenta, la actriz deja en claro que el barrio jamás se abandona por completo: “Cada tanto vuelvo a caminar por la Av. Rivadavia”.