Catarata de quejas por el mal funcionamiento de Ecobici

Escribe Natalia Rivarola

“Uso mucho las bicis, me parecen súper. Pero la mayoría de veces es imposible sacarlas… no hay sistema”, comentó una vecina en una foto de la estación de Ecobici de Plaza Flores en el Facebook del barrio. Y el problema que ella plantea es el mismo que sufren todos los usuarios de este sistema de transporte de uso gratuito que llegó a nuestras calles en mayo pasado.

Las estaciones se multiplicaron con una velocidad sorprendente y la calidad de las bicicletas es muy buena, ya que cuentan con frenos a discos, cambios de tres velocidades, luminarias, timbre, canasto para llevar objetos personales, guardabarros y son cómodas. Pero el sistema tiene muchísimas deficiencias: “Te dice que hay lugares libres para dejar la bici y resulta que no, y te tenés que quedar una hora esperando y encima te multan dos días”, comentó otra joven. Es que es el software lo que justamente funciona muy mal. Uno encuentra una estación llena de bicis y la aplicación indica que hay tan sólo un par disponibles o al revés; muchas veces no otorga el código; otras no reconoce la estación en donde el usuario está intentando sacar un rodado; si uno olvidó la clave no es sencillo recuperarla; y a muchos la App no les indica su ubicación de tal modo que tienen que buscar manualmente las estaciones cercanas.

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Además, otro problema que hay que destacar es el que ocurre con el llamado “botón de mantenimiento”. Con solo apretarlo, se enciende una luz roja y la bicicleta queda bloqueada en su anclaje. Lo pusieron para que la gente que deja un rodado avise si está roto. Pero entre los que lo aprietan sin querer y los que lo accionan por diversión, muchas bicicletas quedan trabadas a pesar de estar en perfectas condiciones. Y recién se las puede volver a usar cuando el personal de mantenimiento va a la estación y verifica su estado. A raíz de esto, muchas son las personas que proponen identificar a los usuarios que accionan el famoso botón para evitar boicots.
Si bien el sistema de bicicletas de uso público se inauguró en la Ciudad hace nueve años, se expandió de manera considerable en mayo pasado cuando comenzó a funcionar en once barrios más – incluido Flores -, estando presente ahora en un total de 39.

Esto se debió al plan que comenzó en febrero de este año, luego de que se privatizara el sistema que hasta entonces era gerenciado por el Gobierno porteño. Para ampliar la red se decidió concesionar el servicio durante diez años y se adjudicó el contrato a la empresa brasileña Tembici. Esta ampliación generó, como era de esperarse, un gran incremento en el número de usuarios y, por lo tanto, en la demanda de bicicletas, que se ve totalmente desbordada. Quizá la empresa se apresuró en inaugurar el sistema sin probarlo adecuadamente o simplemente hay falta de idoneidad. Pero sin dudas esta saludable alternativa de transporte público que generó grandes expectativas, se transformó en un factor irritante y frustrante para los vecinos, quienes esperan una pronta solución.