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Arreglo provisorio y peligroso: cada vez usan más chapones de acero para tapar
Los grandes chapones metálicos para tapar baches de manera provisoria, aunque la provisionalidad suela durar meses, forman parte de los nuevos obstáculos urbanos que deben atravesar los conductores en la ciudad.
Los grandes chapones metálicos para tapar baches de manera provisoria, aunque la provisionalidad suela durar meses, forman parte de los nuevos obstáculos urbanos que deben atravesar los conductores en la ciudad.
Y si bien para muchos vecinos los gruesos planchones colocados en las calzadas resultan casi imperceptibles, no pasan desapercibidos para aquellas personas con movilidad reducida, quienes deben esquivarlos o hacer malabares para no tropezar con ellos. Y ni hablar de los ciclistas y motociclistas, para quienes pueden resultar una trampa letal porque las superficies lisas carecen de propiedades antideslizantes y las salientes de las chapas, en muchos casos levantadas porque están mal fijadas, lastiman y hasta llegan a romper las cubiertas y provocar accidentes. En definitiva, una solución rápida y provisoria que termina convirtiéndose en un problema más para el ajetreado tránsito.
Las placas lisas de acero, con formas rectangulares o cuadradas –las más chicas de 1,50 x 1,50 metros hasta las más grandes de 1,5 x 3 metros–, para tapar los baches hasta que llegue el bacheo definitivo, se han multiplicado en los barrios porteños. Gruesas y pesadas, deberían estar abulonadas al asfalto y ser transitorias. Sin embargo, en la mayoría de los casos y luego de algún tiempo de instaladas, terminan perdiendo los bulones, mostrando salientes peligrosas y laterales que flamean con el paso de los vehículos y provocan ruidos molestos.
Lo más preocupante es que las placas provocan alteraciones en la conducción y generan riesgos, especialmente, para los motociclistas. Dos testimonios durante una recorrida de Página12 coincidieron en el peligro que representan estas placas que van sufriendo deformaciones con el tránsito para quienes circulan en moto: Julio, motoquero con años de manejo, rompió la cubierta con la saliente de una placa y casi se mata. Otro motociclista experimentado, de noche y con lluvia –las placas no tienen ningún material que las haga visibles ni que facilite la adherencia–, patinó, perdió el equilibrio y rompió la moto.
El Ministerio de Ambiente y Espacio Público, área responsable de la colocación de los chapones, informó que “los mismos son reutilizables y se colocan por tiempo determinado de acuerdo al problema que tapan. Utilizamos 100, de diferentes medidas. Los tiempos que están colocados varían según lo que estén cubriendo, el promedio es de siete días, y se los utiliza para cubrir socavamientos, fraguado de hormigón o cualquier inconveniente que requiera habilitar la calzada en poco tiempo. Y controlamos que se cumpla con los chapones”.
Pese a la información oficial, los vecinos y comerciantes consultados sostuvieron que las placas metálicas llevan meses instaladas.
Para el titular del Observatorio Vial Latinoamericano (Ovilam), Fabián Pons, los planchones “no son una buena solución bajo ningún punto de vista. Con humedad se ponen resbaladizos y peligrosos para peatones, ciclistas y motociclistas. Si hay baches hay que señalizarlos y repararlos rápidamente, no haciendo un parche mal hecho. Esto no sólo pasa en el ciudad de Buenos Aires sino en todo el país por el de abandono en muchos municipios y provincias. La ciudad, en realidad, es una excepción, donde hay mucho que mejorar, pero es lejos lo más avanzado a nivel nacional”.
En tanto el presidente de la asociación civil Luchemos por la Vida (LPV), Alberto Silveira, señaló que las planchas “tendrían que tener retrorreflectantes para ser visibles de noche y estar anunciadas previamente. La moto es un vehículo más inestable y propenso a sufrir daño, una mancha de aceite puede hacer que te caigas”. Además, remarcó que “deberían estar escasos días y solucionarse el problema inmediatamente”.
Al mismo tiempo, dijo que el tema es parte del mal estado de las calles de la ciudad donde hay: “pozos, falta de demarcación, sendas peatonales que en muchos casos no existen o están semiborradas, y que son importantes para la seguridad del peatón. Faltan carteles con los nombres de las calles, o se confunde entre calle y avenida (cuestión no menor porque varia la velocidad máxima permitida)”, entres otros tantos problemas a los que aludió. El especialista advirtió que “desde el punto de vista de la seguridad vial es pobre la infraestructura de la ciudad”.