
Polémica: Imponen multas por revolver la basura
El Gobierno de CABA endurece su postura: multas millonarias, nuevos contenedores antivandálicos y una polémica orden de Jorge Macri para frenar la suciedad urbana.
El Gobierno porteño anunció multas de hasta $890.544 para quienes sean sorprendidos revolviendo los contenedores de basura y generando suciedad en la vía pública. La medida fue instruida por el jefe de Gobierno, Jorge Macri, que ordenó a la Policía de la Ciudad y al Ministerio de Seguridad intervenir ante estas situaciones y exigir la limpieza inmediata del área afectada. Si los involucrados se niegan, serán sancionados conforme al Código
Contravencional.
Según la normativa (artículo 94), las penas pueden ser de 1 a 15 días de trabajos de utilidad pública o multas equivalentes a entre 81 y 1.217 unidades fijas (hoy, $731,62 por unidad). Los montos se duplican si la falta ocurre desde un vehículo o contra bienes específicos, como monumentos o templos.
La Ciudad cuenta actualmente con 33.045 contenedores. Solo en el primer semestre de 2025 se reportaron 25.546 casos de vandalismo, detectados a través de patrullajes y reportes vecinales. La mayoría de los daños fueron reparables, pero algunos dispositivos quedaron inutilizados y tuvieron que ser retirados. Para enfrentar esta problemática, el Ejecutivo porteño instaló 7.000 contenedores antivandálicos. Estos modelos, con sistema “buzón” y tapa de resorte, dificultan la extracción de residuos y el ingreso de personas, y fueron ubicados en zonas con alta frecuencia de incidentes.
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Debate
Aunque el Gobierno plantea la multa como herramienta disuasoria, surge la pregunta sobre su verdadera efectividad, ya que quienes revisan los contenedores suelen hacerlo por necesidad económica. Resulta poco probable que puedan afrontar el pago de una sanción de este tipo, lo que plantea dudas sobre el alcance real de la medida. En paralelo, la estrategia oficial incluye mejoras en infraestructura, monitoreo activo y normas estrictas para comercios y vecinos respecto a la disposición y retiro de residuos. El desafío de fondo sigue siendo el equilibrio entre higiene urbana, control del vandalismo y sensibilidad social ante la pobreza.





