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Un pañuelo blanco para Lautaro Te Necesita
“Este pañuelo es el primero que usé cuando mi hijo desapareció, cuando se lo llevó la Dictadura. Es el más grande homenaje que puedo hacerle a esta Fundación porque es mi sangre, mi dolor, para acompañarlos”. Quien habla es María del Rosario Cerruti, una de las fundadoras de Madres de Plaza De Mayo, y su mayor atributo se lo donó a Lautaro te Necesita
“Este pañuelo es el primero que usé cuando mi hijo desapareció, cuando se lo llevó la Dictadura. Es el más grande homenaje que puedo hacerle a esta Fundación porque es mi sangre, mi dolor, para acompañarlos”. Quien habla es María del Rosario Cerruti, una de las fundadoras de Madres de Plaza De Mayo, y su mayor atributo se lo donó a Lautaro te Necesita, la Fundación creada por los padres del joven de Flores que recibió un trasplante de médula ósea en 2012, cuya misión es contribuir a mejorar la calidad de vida de todas aquellas personas afectadas por Leucodistrofias.
María del Rosario tiene 92 años y el 10 de mayo de 1976 presenció cómo efectivos de la Dictadura Militar Argentina se llevaban a su hijo mayor, Fernando Cerruti, estudiante universitario de 23 años, de su propia casa. Desde ese día comenzó a buscarlo. Es una de las primeras madres que fue a la Plaza y tuvo gran protagonismo en el reclamo por los Derechos Humanos entre 1977 y 1986. Luego se abrió y siguió sola. Sin Bonafini y sin las fundadoras. Y su testimonio fue clave en la megacausa de la ESMA y otros juicios de lesa humanidad.
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A principios de febrero, en un acto conmovedor, entregó a la Fundación nacida en el barrio – y a través suyo a todas las madres que conviven con las leucodistrofias – su simbólico pañuelo blanco que bordó con sus propias manos. Según detallan desde la misma, en su historia hay cuatro pañuelos: los primeros dos acompañan la sepultura de dos madres, el tercero es el que entregó a la Fundación y el cuarto es el que ya dispuso se entierre con ella.
“De una madre que perdió un hijo a otras madres que lo ven desaparecer de a poco, día tras día… Porque el dolor trasciende la pérdida y se transforma en legado. Porque cuando se recuerda, se renombra… y así ¡se permanece vivo!”, publicaron con emoción desde la Fundación Lautaro Te Necesita, que día a día crece a pasos agigantados y enorgullece al barrio con su lucha.